TRANSCENDIENDO LOS NIVELES DE CONCIENCIA

Al llegar a este plano terrenal pasamos por diferentes etapas, nos despojamos de un cuerpo de recién nacido para pasamos al de un niño, la del de niño a la del adulto, y del de adulto al de anciano.

¿Por qué no dar un paso más y desprendemos del cuerpo adulto para pasar a un plano espiritual?

Eso es precisamente lo que hacemos…
Nunca dejamos de crecer…
En el plano espiritual seguimos creciendo aún más.
Pasamos por varias etapas evolutivas.

Pasamos por una etapa de renovación, "aprendizaje y decisión", son las constantes, esto marca nuestra evolución.

Las Antiguas enseñanzas nos dice que el Ser Humano atraviesa un ciclo de 700 encarnaciones en 25 mil años que equivale a un ciclo del universo para su total ascensión.

Al iniciar el viaje pasamos por diferentes niveles de aprendizaje, luego en un constante ir y venir, decidimos cuándo queremos regresar, dónde y por qué motivos.

Algunos resuelven no volver. Prefieren pasar a otra etapa de desarrollo y permanecen en forma espiritual, unos más tiempo que otros, antes de regresar.

Elegimos a nuestros padres, que suelen ser almas con las que hemos interactuado en vidas anteriores.

Aprendemos de niños, de adolescentes y de adultos.
Evolucionamos espiritualmente a medida que nuestros cuerpos cambian. Cuando el alma abandona el cuerpo en el momento de la «muerte» física, seguimos el aprendizaje en planos superiores, que en realidad son niveles superiores de conciencia.

Repasamos la vida que acabamos de abandonar, aprendemos las lecciones y preparamos la próxima existencia.

Todo es crecimiento y aprendizaje, un crecimiento continuo.

Existen muchos niveles de conciencia que visitamos cuando el alma abandona el cuerpo físico.
Uno importante es la etapa de aprendizaje, en la que repasamos nuestras vidas.

Volvemos a experimentar cada encuentro, cada relación. Sentimos las emociones de la gente a la que hemos ayudado o hecho daño, amado u odiado, afectado positiva o negativamente.

Sentimos sus emociones muy profundamente, pues se trata de un recurso de aprendizaje con mucha fuerza, una especie de reacción de respuesta instantánea e intensa al comportamiento que tuvimos cuando estábamos en la Tierra, en un cuerpo físico.

Aprendemos a través de las relaciones, y por eso es importante comprender cómo hemos afectado a los demás.

El aprendizaje no termina con la muerte del cuerpo…

El cuerpo no es más que un vehículo que utilizamos mientras estamos aquí.

Lo que perdura eternamente es el alma y el espíritu.
estamos más allá de la vida y de la muerte, más allá del espacio y del tiempo terrenales, somos Infinitos y existimos por toda la eternidad…