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sábado, 11 de septiembre de 2010

EL PODER DEL PENSAMIENTO

Los pensamientos son vibraciones que una vez se crean se expanden de una forma infinita hacia el universo.

De ahí la importancia de cómo pensamos cada día. Según pensamos estamos influyendo en las células de nuestro organismo y transformándolas de una manera o de otra. El pensamiento influye en todo el universo. Influye en nosotros, en lo que pensamos o en quien pensamos y en toda la humanidad.

Si nuestros pensamientos son de paz, de amor, de confianza…estamos influyendo en nuestro propio sistema anatómico y en la humanidad con estas ideas. Si nuestros pensamientos abrigan tensión, insatisfacción, cólera y odio…, la influencia será en este sentido. No le damos la suficiente importancia al pensamiento y perdemos el tiempo con pensamientos ociosos y negativos. Es necesario vigilar cada uno de los pensamientos que nos asaltan.

Con la transformación de nuestros pensamientos, transformamos las células de nuestro cuerpo y esa transformación de nuestro ser individual es la que será capaz de transformar a los seres que nos rodean, en cualquier situación en la que nos encontremos.

Educación práctica del pensamiento

El pensamiento surge antes que el deseo y la voluntad. Así es como cada uno de nosotros actuamos. Estos pequeños e indeseables pensamientos tienen la capacidad consumirnos la mayor parte de nuestra energía. Así es como nos agotamos y como no podemos convertirnos en verdaderos magos creadores de nuestra realidad diaria, porque gastamos la mayor parte de nuestra energía en banalidades. Es necesario no alimentar los pensamientos descontrolados, antes de que el deseo surja.

Para poder educar al pensamiento hay que crear un observador silencioso de nuestra mente ( ver post el observador y lo observado) y entonces por inanición y no por represión, dirigir cada vez más nuestros pensamientos hacia el alma y menos hacia cosas de la personalidad.

“Tus pensamientos se transforman en tu realidad. Todo comportamiento proviene de los pensamientos que le precedieron. Todo logro, grande o pequeño, comienza con un pensamiento, con una visión. Controlando tus propios pensamientos y enfocándolos en un conjunto de metas determinadas y específicas, habrás tomado absoluto control de tu vida.

Desde el preciso instante en que comiences a visualizar tu propio futuro, dejarás de ser una víctima de tus circunstancias. Nadie puede influir en tus pensamientos a menos que tú lo permitas.

Nadie más que tú puede controlar tus pensamientos. Selecciona cuidadosamente las personas que tendrán influencia sobre tus pensamientos. Rodéate de aquellos cuya estructura mental sea positiva, responsable, inteligente y con la mente abierta.

La persona que eres en tu interior determina la persona en la que te conviertes en el exterior. Tu mente, tu cuerpo y todo el mundo que te rodea, están pidiendo a gritos una dirección, esperando ser moldeados y guiados por tus pensamientos; esperando poder ponerlos de manifiesto.

Piensa en la persona en la que deseas convertirte, porque te convertirás en la personan la que estás pensando”

Autor: Deepack Chopra,

martes, 10 de agosto de 2010

El Yoga, los ejercicios , reglas basicas

A algunas personas se les facilitan más unos ejercicios que otros. Por ello es muy difícil afirmar cuáles ejercicios son más fáciles de practicar.

Generalmente se recomiena a quienes practican yoga que experimenten con todos los ejercicios que se les presentan, y que escojan los más útiles (en el sentido de que estos ejercicios mejoran sus condiciones físico-mentales), de acuerdo con su tiempo disponible.

Aprenda todas las técnicas y elabore su propio programa para que lo practique diariamente. Poco a poco se le irá facilitando la práctica de todos los ejercicios. Cuando le quede tiempo disponible, practíquelos todos.

Todas las personas pueden practicar Yoga. Aún aquellas que tienen limitaciones de índole física, ya que con un trabajo supervisado y adaptado a esas limitaciones pueden beneficiarse enormemente de su práctica.

La experiencia replicada a lo largo de todo el mundo, ha demostrado que el Yoga es muy beneficioso para las personas que viven bajo el estrés constante de las grandes ciudades y del ritmo de vida acelerado.

Es posible que al principio usted no logre ejecutar los ejercicios tal como se le describen, pero esto no debe ser causa de desesperación ni ansiedades.
Con la práctica constante, usted irá notando como se flexibilizan sus músculos, facilitándose así la ejecución del ejercicio.

La práctica se debe llevar a cabo en la mañana, lo más temprano posible (cinco de la mañana o antes). Se debe buscar un lugar suficientemente oxigenado, donde no haya polvo acumulado o malos olores, y si es posible, un lugar en donde hayan árboles.

Se recomienda practicar los ejercicios después de un corto baño o duchazo. Es muy importante no forzar demasiado el organismo, pues muchos estudiantes deben abandonar el aprendizaje, debido al desgarre de algún músculo.

Esfuércese pero no tensione excesivamente los músculos. Recuerde que cada movimiento debe ser realiza do de un modo armónico.

NO OLVIDE NUNCA IMPORTANCIA DE LA RESPIRACIÓN.
Tome conciencia de ella en cada uno de los ejercicios.

El Yoga es una disciplina que no requiere de artefactos sofisticados, ni de grandes espacios.

Sólo se necesita un espacio adecuado, tranquilo y limpio para realizar su práctica.
Se recomienda su práctica sobre una alfombra o colchoneta.
La actitud positiva es un factor muy importante que ayuda a la práctica de Yoga, pues aprender a escuchar a nuestro cuerpo requiere el desarrollo de la paciencia y tolerancia


DONDE PRACTICAR YOGA
Muchas personas desean saber cuál es el ambiente más favorable para practicar yoga. Para la práctica de los ejercicios, le recomendamos separar un cuarto en su casa. Si es posible, quite todos los muebles y objetos que puedan desviar su mente de la práctica. Si usted posee cuadros que muestren algún motivo espiritual o de la India, colóquelos. Ellos van a ayudarle a crear un ambiente apropiado.

Escoja un sitio tranquilo y bien ventilado. El éxito de la practica depende también de un lugar silencioso, libre de ruidos, y perturbaciones. Mientras usted realiza sus practicas, no debe haber otras personas en el cuarto. Si usted tiene amigos que también quieren practicar, usted podrá reunirse con ellos y practicar juntos los ejercicios.

En las escuelas de yoga y en las clases de grupos, se prefiere el uso de una sala muy limpia y tranquila, con piso de madera o alfombrado.

COMO PREPARAR EL SITIO PARA NUESTROS EJERCICIOS
El sitio no debe ser muy suave o blando. Idealmente, se prefiere el piso alfombrado, o en su defecto usar una cobija o una espuma de aproximadamente 6 centímetros de grosor. La espuma y la cobija, tienen el inconveniente de que se mueven, problema que no se presenta con el piso alfombrado. Cualquiera que sea el sitio que usted utilice, este siempre debe mantenerse limpio. No se deben usar zapatos durante la practica, ni pisar el sitio de la practica con ellos.

CUANDO PRACTICAR NUESTROS EJERCICIOS
La mayor parte de los yoguis practican sus ejercicios muy temprano en la mañana. El mejor momento para la práctica del yoga, es antes de que comience el día, lleno de miles de responsabilidades. Además, en estas primeras horas del día muy pocas cosas nos per turban (carros, personas, etc.)

La práctica del yoga a esta hora es muy importante también para los yoguis que carecen de un cuarto exclusivo para sus prácticas, pues, es la hora en la que los demás duermen. La hora previa a la aparición del sol, es muy favorable para el yoga y la meditación. En idioma Sánscrito se conoce a esta hora como Brahma muhurta (se recomienda el horario de las 5 a 6:30).

La paz mental es absolutamente necesaria para poder practicar los ejercicios. Por esto, es muy importante que usted elija un horario fijo para sus prácticas (30 a 60 minutos).

COMIDA
El yoga se practica mucho mejor con el estómago vacío. Desde menos cuatro horas, antes de iniciar la práctica de ejercicios. Si ha comido un poco, debe esperar por lo menos una hora. Si inevitablemente tiene que comer una hora antes de la práctica, tome solamente un jugo de frutas o un mate de hierbas.
Se recomienda la dieta vegetariana, la cual es el régimen alimenticio tradicional de los yoguis de todo el mundo.

B. VESTUARIO
La ropa que usemos en la práctica del yoga debe ofrecernos libertad de movimientos. Nada debe apretar el cuerpo: gafas, relojes, joyas, etc., deben ser quitados. Las mujeres no deben usar faldas. Se recomienda el uso de trusas.

C. CUIDADOS
Si usted siente dolores en su rostro, o excesiva tensión al practicar algún ejercicio, no se esfuerce en la ejecución de tal ejercicio. Cualquier dolor de cabeza, significa que usted debe suspender el ejercicio, y más tarde, hacer otro intento más suave.
En el caso de que usted padezca alguna enfermedad, consulte con su medico la aprobación de sus ejercicios.
Nunca se fuerce demasiado. ROMA NO FUE CONSTRUIDA EN UN DÍA, y nuestro cuerpo necesita tiempo para adaptarse a esta disciplina.

D. ADVERTENCIAS ESPECIALES PARA LAS MUJERES
En los primeros tres meses de embarazo, pueden ser practicados todos los ejercicios en posición de sentados. Las posiciones de pie en las cuales es necesaria la inclinación del tronco, deben ser practicadas suavemente, sin presión alguna sobre el vientre. En el último mes antes del parto no se deben practicar ejercicios de ningún tipo.
Un mes después del nacimiento del bebé, se pueden iniciar los ejercicios, de acuerdo con la comodidad que usted sienta al practicarlos.

E. EFECTOS DE LAS PRACTICAS
Los ejercicios, ejecutados correctamente, le harán sentir mejor, tanto mental como físicamente. En el caso de que usted se sienta mal al practicar algún ejercicio, es posible que esté cometiendo algún error en la práctica de éste. Revise cuidadosamente las instrucciones, y si no logra resolver el problema, consulte a nuestros instructores.
El ISEV cuenta con un departamento de correspondencia, en el cual serán resueltos todos sus problemas e inquietudes (sin ningún costo adicional) por nuestros profesores de yoga y meditación.

F. OBSERVACIÓN GENERAL ACERCA DE LOS EJERCICIOS
Los ejercicios deben practicar se siempre lentamente y con el proceso de respiración bien controlado. Los efectos positivos se incrementarán si la práctica se hace regularmente.
Fortaleza, vitalidad, control de peso y la posibilidad de una vida más larga plena de salud, son los resultados naturales de este proceso.

El Yoga, su historia, sus funciones y la salud

Los orígenes del Yoga se remontan a la prueba arqueológica más antigua encontrada, data aproximadamente del año 3000 antes de Cristo, y se trata de sellos de piedras con figuras de posiciones yóguicas pertenecientes a las civilizaciones de los Valles del Indo y Saraswati.

Las escrituras hindúes mas antiguas se encuentran entre las más antiguas del mundo y en ellas se hace referencia al Yoga. La cultura hindú y en general todo el acerbo religioso-filosófico de la India, tiene su origen en los Vedas, textos sagrados que originalmente provienen del sánscrito. Constituye todo un acopio de sabiduría en el campo del conocimiento del ser humano a nivel físico, metafísico y puramente espiritual.

Según una leyenda hindú, su aparición en la Tierra ocurrió cuando un pez (Mat-sya) presenció como el dios Shiva enseñaba a su Shakti Parvati (esposa) los ejercicios de yoga. El pez imitó a Parvati y al practicar los ejercicios se transformó en hombre.

Este conocimiento védico se conservó de generación en generación por tradición oral, mediante la recitación de su contenido en forma de aforismos. Fueron recogidos por escrito, por primera vez, hace unos cinco mil años.

Las primeras pruebas escritas se encuentran en las escrituras vedicas, de los cuatro Vedas, particularmente en el Rig-veda y en el Atharva-veda, las cuales se remontan al año 2500 antes de Cristo.

En occidente la parte más conocida de los Vedas son los Upanisads, tratados y poemas filosóficos y místicos que exploran la naturaleza del alma humana. Es en los Upanisads, la última parte de los vedas, (1500 antes de Cristo) donde se encuentra la base de las enseñanzas yóguicas. Surge la filosofía vedanta sobre la realidad o conciencia absoluta.

Hacia el 500 antes de Cristo surgen dos grandes poemas épicos, el Ramayana de Valmiki, y el Mahabharata de Vyasa, que narran las encarnaciones de Dios. Entre la narración se tratan temas morales y filosóficos. Una parte importante del Mahabharata es el Bhagavad Gita , este consta de dieciocho capítulos, en los que se discuten distintos aspectos del Yoga. Hacia el 500 antes de Cristo Patanjali, recopiló todo el conocimiento existente sobre el Yoga en los Yoga Sutras, texto básico reconocido unánimemente por todas las escuelas yóguicas.

Los Yoga Sutras son la base del Raja Yoga. El Yoga de Patanjali no es más que un yoga pero existen otros. Constituye lo que podríamos llamar el yoga clásico, sistemático: un preciso conjunto de reglas prácticas y de realizaciones muy circunscritas a los principios metafísicos del Samkhya.

A lo largo de los años numerosos autores han comentado los Yoga Sutras de Patanjali, en los cuales están clasificados los 8 pasos progresivos (ashtanga yoga) hacia la realización personal, en el Raja Yoga, el yoga más desarrollado en occidente. Ashtanga yoga.

El ashtanga yoga, o yoga de los ocho pasos incluye un conjunto de técnicas complementarias entre si que constituyen toda la práctica del yogui. Los primeros 4 pasos desarrollan particularmente la práctica "externa", los últimos 4 pasos la práctica "interna" o más persona

Etimológicamente Yoga significa unión, ya que la meta del Yoga es la unión de la conciencia con el principio Absoluto.

El yoga es una ciencia empírica que purifica nuestro cuerpo y nuestra mente, liberándonos de todas las perturbaciones, una ciencia en donde ciertas personas han tratado de sondear los misterios de la mente, del intelecto, de las emociones, del sufrimiento y de la vida.

Yoga ha nacido no de la especulación, sino de miles de años de experiencias que han sido replicadas por muchos yoguis a lo largo de la historia.
Yoga posee sus propios métodos y fundamentos que hacen que sea un amplio y completo sistema de desarrollo interior.

Trabaja el cuerpo físico, las glándulas endocrinas, los órganos internos a la vez que busca conectar la mente inconsciente con la consciente y nos permite observar nuestros patrones mentales. La finalidad de esta disciplina es ayudarnos a mantenernos sanos, encontrar la felicidad tanto a nivel físico como a nivel mental y espiritual y que nos podamos sentir realizados.

Cualquier persona puede aproximarse al Yoga, ya que posee un tipo especial de técnica para cada tipo de personalidad y temperamento.

El yoga puede llegar a despertar en nosotros luminosos sentimientos y felicidad, los cuales fortalecen nuestras relaciones con nuestra esposa, los niños, padres, vecinos y compañeros de trabajo
.
Así como el viento aleja las nubes que tapan el sol, el yoga remueve gradualmente los dolores físicos y emociones indeseables, pues, al revelar el conocimiento interior, incrementa nuestro aprecio por la vida.

El yoga nos enseña a controlar nuestros sentidos y nuestra mente impaciente, y a ponernos en armonía con las Leyes Universales, dirigiendo así nuestras energías de la mejor manera.

Tal como un instrumento musical emite sonidos muy agradables al ser tocado por un profesional, nuestro cuerpo, mente e inteligencia, dirigidos perfectamente, nos traen mucha felicidad, en vez de ansiedades, frustración y depresión.

La disciplina yógica nos enseña también a ver a los demás (amigos o enemigos) con los ojos del amor.

Una persona que practica yoga seriamente, se llama yogui. El yogui se ocupa diariamente del desarrollo práctico de la ciencia del yoga, y aprende los diferentes ejercicios y técnicas, tanto del yoga como de la meditación.

Una clase de yoga es una sucesión de ejercicios. Para realizar uno, adoptamos una postura. A veces a esta postura le incorporamos movimiento. Regulamos la respiración y ponemos la atención de los ojos en un punto determinado. Y entramos en un estado meditativo, de introspección.

A veces incluso repetimos un mantra o hacemos un gesto con las manos. ¡Con tantas cosas que hay que controlar cómo no va a parar nuestra mente! Después de un ejercicio hay una corta relajación y seguidamente se pasa al siguiente.

El yoga beneficia a todo ser humano, no importa sea niño o persona mayor. Hombre o mujer. No importan las creencias personales.

Con el yoga estiramos nuestro cuerpo y, cuando más tenso y rígido está uno, es cuando más conviene. Rejuvenece nuestras células al aportarnos más oxigeno. También rejuvenece nuestro cerebro haciendo que su rendimiento sea más alto. Reduce el estrés al mantener los niveles de cortisol a raya. Nos calma y nos serena, permitiéndonos descansar.

Nos da energía y vitalidad. Y nos acerca a nuestro ser interno, descubriendo quienes somos, qué queremos y dónde están nuestas limitaciones. Además, ¡segregamos endorfinas! que nos dan una gran sensación de bienestar.

Pero de poco sirve hablar de los beneficios del yoga. A la consciencia no le sirven las palabras, quiere una experiencia. Descubre por ti mismo qué se siente al practicar yoga.


Con la práctica de ciertos ejercicios, y la regulación de la respiración; el proceso de yoga purifica la sangre, los nervios y los diferentes órganos de nuestro cuerpo, relajando así el cuerpo y la mente. De esta forma, se facilita la concentración de nuestra mente, para el desarrollo de cualquier actividad, incluyendo las técnicas de meditación.

La meditación nos ayuda a controlar la mente y reducir las tensiones, incrementando simultáneamente el autocontrol, la sencillez y los pensamientos puros.
Los cambios causados por el yoga, son naturales y permanecen durante mucho tiempo. La practica del yoga nos alivia las cargas de las intensas exigencias de la vida moderna. Pues el exceso de ansiedades destruye la salud y la felicidad. L

a medicina moderna ha concluido que las ansiedades son una de las causas más importantes de muchas enfermedades, y en cambio, la tranquilidad trae como consecuencia una buena salud. Aunque siempre queremos culpar a las fuerzas o factores externos por nuestras dificultades, la práctica del yoga demuestra que muchos problemas pueden ser resueltos mediante nuestra autodisciplina.

Experimentos de laboratorio han demostrado que las ondas del cerebro de yoguis que se encuentran en estado de meditación son más armoniosas que las ondas del cerebro de otras personas que duermen en sueño profundo, que se encuentran bajo el proceso hipnótico o que están despiertas.

Otras investigaciones y experimentos demuestran que los yoguis que practican regularmente las diferentes técnicas yógicas, aumentan sus habilidades de relajación, reducen la velocidad en los latidos del corazón, reducen la presión de la sangre y controlan (hasta cierto punto) el sistema nervioso, el cual había sido considerado por la ciencia médica occidental como incontrolable por medio de la conciencia.

Así pues, funciona el yoga, ofreciendo nuevas y múltiples oportunidades de mejorar y regular nuestra salud.

sábado, 7 de agosto de 2010

Arte de Vivir

Meditación Vipassana

Todos buscamos la paz y la armonía, porque carecemos de ellas. De vez en cuando todos experimentamos agitación, irritación, falta de armonía, sufrimiento; y cuando padecemos la agitación, no guardamos esta miseria limitada en nosotros, sino que continuamente la distribuimos a los demás.

Una persona desdichada impregna el ambiente que le rodea de agitación, y quienes estén cerca de ella también se alteran, se irritan. Ciertamente, ésta no es la manera adecuada de vivir.

Tenemos que vivir en paz con nosotros mismos y en paz con los demás porque, en definitiva, los seres humanos somos seres sociales que vivimos dentro de una sociedad interrelacionada. ¿Pero como vivir en la paz y armonía internas, y mantenerlas para que los demás puedan también vivir en paz y armonía?

Para poder librarnos de nuestra agitación, tenemos que conocer la razón básica de la misma, la causa del sufrimiento. Al investigar este problema, nos damos cuenta que nos sentimos agitados en cuanto generamos negatividades o contaminaciones en la mente. La negatividad, la contaminación o la impureza mental, no pueden coexistir con la paz y la armonía.

¿Cómo empezamos a generar negatividades? También ahora nos damos cuenta, al investigar, de que nos sentimos desdichados cuando estamos con alguien que se comporta de una manera que no nos gusta o cuando sucede algo que nos desagrada.

Cuando ocurre algo que no deseamos, surge tensión en nuestro interior y también surge cuando no ocurre o existen obstáculos para que se cumpla algo que deseamos, y con todo ello empezamos a atar nudos en nuestro interior.

Y como durante toda la vida van a suceder cosas que no queremos y las queridas puede que sucedan o puede que no sucedan, no cesamos en este proceso de reacción de atar nudos - nudos gordianos - que hacen que toda la estructura física y mental esté en tensión, llena de negatividades, convirtiendo nuestra vida en continua desdicha.

Una manera de resolver este problema sería arreglárnoslas para que en nuestra vida no ocurra nada no deseado, para que todo sea tal como deseamos. Para lograrlo deberíamos desarrollar en nosotros mismos el poder o bien conseguir que venga en nuestra ayuda alguien que lo tenga, para que las cosas no deseadas no sucedan y solo sucedan las cosas deseadas.

Pero eso es imposible. No existe nadie en el mundo que pueda satisfacer todos sus deseos, en cuya vida todo transcurra como quiere, sin que pase algo no deseado. Constantemente ocurren cosas que van en contra de nuestros deseos y querencias, de ahí la pregunta oportuna:

¿Cómo podemos dejar de reaccionar ciegamente cuando debamos enfrentarnos a situaciones que no nos gustan?
¿Cómo podemos dejar de generar tensión y permanecer llenos de paz y de armonía?

Tanto en la India como en otros países hubo personas santas y sabias que estudiaron este problema - el problema del sufrimiento humano -, y encontraron una solución: cuando ocurre algo no deseado y empezamos a reaccionar con ira, miedo o cualquier negatividad, hay que dirigir lo antes posible la atención a cualquier otra cosa, por ejemplo te levantas, coges un vaso de agua y empiezas a beber; de esta manera la ira no solo no se multiplicará sino que empezara a disminuir: O empiezas a contar: uno, dos, tres, cuatro... O repites una palabra, o una frase, o un mantra, o quizá el nombre de una persona santa hacia la que sientas devoción.

Así desviamos la mente y hasta cierto punto nos liberamos de la negatividad, de la ira.
Esta solución era útil, funcionaba y aun funciona; practicándola, la mente se siente libre de agitación. No obstante solo funciona en el nivel de la mente consciente porque lo que de hecho hacemos al desviar la atención es empujar la negatividad a lo mas profundo del inconsciente donde sigues generándola y multiplicándola. Hay paz y armonía en la superficie, pero en las profundidades de la mente hay un volcán dormido de negatividad reprimida que antes o después entrará en erupción con una gran explosión.

Hubo otros exploradores de la verdad interna que llegaron algo más allá en su búsqueda, y que tras experimentar en su interior la realidad de la mente y de la materia se dieron cuenta de que desviar la atención es solo huir del problema. Escapar no es una solución, hay que enfrentarse al problema; cuando surja una negatividad en la mente, obsérvala, hazle frente y tan pronto como empieces a observar la contaminación mental, empezará a perder fuerza y poco a poco se irá marchitando y podrá ser arrancada de raíz.

Es una buena solución que evita los dos extremos: represión y dar rienda suelta. Enterrar la negatividad en el inconsciente no la erradicará y permitirle manifestarse con un acto físico o verbal dañino solo creará más problemas. Pero si te limitas a observarla, la contaminación desaparece y habrás erradicado esa negatividad, estarás libre de esa contaminación.

Esto suena muy bien, pero ¿es practicable en la realidad? ¿Resulta fácil para una persona corriente enfrentarse a las contaminaciones? Cuando surge la ira, nos coge tan de sorpresa que ni siquiera nos damos cuenta de ello.

Arrastrados por la ira cometemos actos físicos o mentales que nos dañan a nosotros y a los demás. Poco después, al desaparecer la ira, empezamos a llorar y a arrepentirnos, pidiendo perdón a los demás o pidiendo perdón a Dios: "Oh, he hecho un error, perdóname". Pero la próxima vez que nos encontremos en una situación semejante volveremos a reaccionar igual. Este arrepentimiento no nos habrá servido para nada
.
La dificultad estriba en que no somos conscientes del momento en el que comienza esta contaminación. Empieza en las profundidades de la mente inconsciente y cuando llega al consciente ha tomado tal fuerza que nos arrastra y no podemos observarla.

Supongamos por un momento que empleo un secretario privado para que me avise cuando surja la ira diciéndome: "Mire, va a aparecer la ira". Pero como no sé cuando va a surgir la ira tengo que emplear tres secretarios haciendo tres turnos que cubran las veinticuatro horas del día. Supongamos que puedo mantener ese gasto y aparece la ira. Inmediatamente mi secretario diría:
"Mire, la ira ha comenzado". Lo primero que haría sería darle una mala contestación: "¿ Eres tonto, crees que te pago para que me lleves la contraria?". La ira me arrastraría de tal forma que un buen consejo no podría ayudarme.

Supongamos que prevalezca la sabiduría y que no le regaño sino que le digo: "Muchas gracias, ahora debo sentarme y observar mi ira". Pero, ¿acaso es eso posible? Nada más cerrar los ojos para observar la ira, y el objeto de mi ira, ya sea una persona o un incidente, surge de inmediato en mi mente y ya no observo la propia ira sino meramente el estímulo externo de aquella emoción, lo cual, sólo conducirá a la multiplicación de la ira y por tanto, no es una solución.

Es muy difícil observar una negatividad abstracta, una emoción abstracta divorciada del objeto exterior que la originó.

Sin embargo, hubo alguien que habiendo llegado a la verdad última encontró una solución auténtica. Descubrió que al surgir una contaminación en la mente ocurren dos cosas simultáneamente al nivel físico: la respiración pierde su ritmo normal, - es fácil observar que respiramos más fuerte cuando surge una negatividad - y en niveles más sutiles se inicia en el cuerpo una reacción bioquímica que da lugar a una sensación. Todas las contaminaciones generan algún tipo de sensación en el cuerpo.

Esto nos ofrece una solución practica: una persona corriente no puede observar las contaminaciones abstractas: miedo, ira o pasión, pero con un adiestramiento adecuado y practicando es fácil observar la respiración y las sensaciones del cuerpo, y ambas están relacionas directamente con las contaminaciones mentales.

La respiración y las sensaciones ayudan de dos formas: primero se comportaran como secretarios privados y en cuanto surja una impureza la respiración dejará de ser normal y empezara a gritarnos: "¡Algo va mal!". Y como no podemos regañar a la respiración tenemos que aceptar el aviso. De igual forma también las sensaciones nos dirán que algo va mal. Tras habernos avisado podemos empezar a observar la respiración, a observar las sensaciones y nos daremos cuenta de que la impureza desaparece enseguida.

Este fenómeno físico - mental es como una moneda, en una cara están los pensamientos y las emociones que surgen en la mente y en la otra: la respiración y las sensaciones del cuerpo. Todos los pensamientos y emociones, todas las impurezas mentales que surgen se manifiestan en la respiración y en las sensaciones de ese momento. Por eso, al observar las sensaciones o la respiración estamos observando, de hecho, las contaminaciones mentales.

En vez de huir del problema nos enfrentamos a la realidad tal y como es, las negatividades ya no nos arrastrarán como hicieron en el pasado y si perseveramos terminarán por desaparecer y permaneceremos felices y en paz.

De esta forma la técnica de la auto-observación nos muestra los dos aspectos de la realidad: el interno y el externo. Antes sólo mirábamos al exterior perdiendo la verdad interna; buscábamos en el exterior la causa de nuestra desgracia culpado siempre a algo o a alguien e intentábamos cambiar la realidad externa. Al ignorar la realidad interna, no comprendíamos que la causa del sufrimiento se encuentra en nuestro interior, en nuestras reacciones ciegas hacia las sensaciones agradables o desagradables.

Ahora, al adiestrarnos, podemos ver la otra cara de la moneda, podemos ser conscientes de nuestra respiración y también de lo que ocurre en nuestro interior. Sea lo que sea, respiración o sensación, aprendemos a observar sin desequilibrar la mente. Dejamos de reaccionar y de multiplicar nuestra desdicha y permitimos que las contaminaciones se manifiesten y desaparezcan.

Las negatividades se disuelven más deprisa cuanto más se practica esta técnica. Poco a poco la mente se libera de las contaminaciones y se hace pura. Una mente pura está siempre llena de amor, amor desinteresado hacia los demás, llena de compasión hacia el sufrimiento y las faltas ajenas, llena de alegría al ver los triunfos y la felicidad de otros, llena de ecuanimidad en cualquier situación.

Al llegar a este estado nuestra conducta habitual cambia, ya no es posible cometer actos físicos o verbales que puedan perturbar la paz y la felicidad ajenas. Una mente equilibrada esta llena de paz e impregna el ambiente que la rodea de paz y de armonía que también afectan a los demás ayudándoles.

Al aprender a mantenernos equilibrados haciendo frente a lo que experimentamos en nuestro interior, desarrollamos también el desapego hacia todo lo que nos deparen las situaciones externas. Pero este desapego no es escapismo o indiferencia hacia los problemas del mundo. Quienes practican Vipassana con regularidad se sensibilizan más a los sufrimientos de los demás, y hacen cuanto pueden para aliviar el sufrimiento en la forma que puedan, sin agitación, con la mente llena de amor, compasión y ecuanimidad. Aprenden la santa indiferencia, aprenden a entregarse por completo, a ocuparse totalmente de ayudar a los demás, manteniendo simultáneamente el equilibrio mental. Así permanecen llenos de paz y de felicidad mientras trabajan por la paz y la felicidad de los demás.

Esto es lo que el Buda enseñó: un arte de vivir. No fundó una religión, un "ismo", ni enseñó ritos o rituales ni ninguna fórmula vacía a quienes se acercaban a él, sino que les enseñó a observar la naturaleza tal y como es, observando la realidad interna.

Debido a nuestra ignorancia reaccionamos constantemente de manera que nos dañamos o dañamos a los demás, pero cuando surge la sabiduría, - la sabiduría de observar la realidad tal y como es -, desaparece el hábito de reaccionar y cuando dejamos de reaccionar a ciegas somos capaces de realizar actos verdaderos, actos que emanan de una mente equilibrada, de una mente que ve y comprende la verdad.

Un acto así, sólo puede ser positivo, creativo, capaz de ayudarnos a nosotros y a lo demás.
Por eso es necesario "conocerse a sí mismo", consejo que dan todos los sabios. Conocerse no sólo intelectualmente en el nivel de ideas y teorías, no sólo emocional o devocionalmente aceptando a ciegas lo que hemos visto u oído, tal conocimiento no es suficiente, mas bien debemos conocer la realidad a través de la experiencia. Debemos experimentar directamente la realidad de este fenómeno físico - mental, pues es lo único que nos ayudará a liberarnos de las contaminaciones, a liberarnos del sufrimiento.

Se llama meditación Vipassana a esta experiencia directa de nuestra realidad, a esta técnica de auto -observación. En el idioma que se utilizaba en la India en la época del Buda "passana" significaba ver las cosas en la forma corriente, con los ojos abiertos; pero "vipassana" es observar las cosas tal y como son, no como parecen ser. Hay que penetrar a través de la verdad aparente hasta llegar a la verdad última de la estructura mental y física.

Al experimentar esta verdad aprendemos a dejar de reaccionar ciegamente, a dejar de generar contaminaciones, y de forma natural las contaminaciones antiguas van erradicándose poco a poco. Así nos liberamos de la desdicha y experimentamos la felicidad auténtica.

En un Curso de meditación Vipassana. se dan tres pasos. El primer paso es abstenerse de cualquier acto físico o verbal que pueda perturbar la paz y la armonía de los demás. No podemos liberarnos de nuestras contaminaciones mentales si continuamos realizando actos de obra o de palabra que están multiplicando estas contaminaciones. Por eso el primer paso de esta práctica es un código moral. Nos comprometemos a no matar, no robar, no tener una conducta sexual inadecuada, no mentir y no tomar intoxicantes. Al abstenerse de estos actos permitimos a la mente que se serene lo suficiente como para poder continuar.

El segundo paso es aprender a controlar nuestra mente salvaje adiestrándola para que se concentre en un único objeto: la respiración. Intentamos mantener la atención en la respiración el mayor tiempo posible. Este no es un ejercicio de respiración porque no intentamos regularla, sino que la observamos tal y como es, de forma natural, tal y como entra, tal y como sale. De esta forma aumentamos la serenidad de la mente para que no se deje arrastrar por negatividades intensas y al mismo tiempo vamos concentrándola y haciéndola más afilada, más penetrante, más capaz de trabajar internamente.

Estos dos primeros pasos, vivir con moralidad y controlar la mente son muy necesarios y beneficiosos en sí mismos pero conducen a la represión a menos que demos un tercer paso que consiste en purificar la mente de las contaminaciones, desarrollando la visión cabal de nuestra propia naturaleza. Esto es Vipassana, la experimentación de nuestra propia realidad, observando en nosotros mismos de forma sistemática y desapasionada este fenómeno de mente y materia en constante cambio que se manifiesta en sensaciones. Esta es la culminación de la enseñanza del Buda: la auto - purificación a través de la auto - observación, algo que puede ser practicado por todos y cada uno de nosotros.

Todos nos enfrentamos al problema del sufrimiento, es una enfermedad universal que requiere un remedio universal, no un remedio sectario. Cuando sentimos ira no es una ira budista, una ira hinduista, o una ira cristiana. La ira es ira. Cuando a resultas de esta ira nos sentimos agitados, la agitación no es una agitación cristiana, judía o musulmana. La enfermedad es universal y el remedio debe ser universal.

La Vipassana es este remedio. Nadie puede objetar a un código de vida que respeta la paz y la armonía de los demás. Nadie puede objetar el desarrollo del control sobre la mente. Nadie puede objetar al desarrollo de la visión cabal de nuestra propia naturaleza para posibilitar la liberación de la mente de sus negatividades. La Vipassana es un sendero universal.

Observar la realidad tal y como es, observando la verdad interior, uno se conoce a sí mismo directamente a través de la experiencia. Con la práctica nos liberamos de la desdicha que acarrean las contaminaciones. Partiendo de la verdad externa, burda y aparente, penetramos en la verdad última de la mente y la materia. Esto también terminan por trascenderse y se experimenta una verdad que esta más allá de la mente y la materia; más allá del tiempo y del espacio, más allá del campo condicional de la relatividad: la verdad de la liberación total de todas las contaminaciones, de todas las impurezas, de todo el sufrimiento. No importa el nombre que se de a esta verdad última, es la meta final de todos nosotros.

¡Ojalá que experimentes esta verdad última! ¡Ojalá que todos se liberen de las contaminaciones y de la desdicha! ¡Ojalá que todos gocen de una paz autentica, una paz real, una armonía real!
PUEDAN TODOS LOS SERES SER FELICES
Fuente: Charla dada por el señor. S. N. Goenka in Berna, Suiza.

Cambiar y Ser Uno Mismo

Cambiar es posible, sin importar la etapa de la vida que se esté transitando. Siempre se está a tiempo de recuperar el rumbo alguna vez perdido, o de iniciar el camino verdadero que siempre se anheló y que no se pudo, no se quiso o no se supo emprender.

Lo importante es saber qué es lo que se quiere cambiar y cómo se quiere llegar a ser.
Todos se pueden dar cuenta cuando se sienten bien y plenos, de qué es lo que produce esa transformación. Es un sentimiento de calma interior, de equilibrio, de plenitud, de confianza en si mismo y de satisfacción, cuando se experimenta estar en el lugar que se quiere estar, haciendo lo que a cada uno le gusta.

Por alguna razón muchos postergan su propia realización personal, porque creen que ya es tarde, que no pueden o que no se lo merecen. No pueden darse cuenta, que la felicidad que sienten expresando quienes son, los transforma también como personas, que cambia su actitud hacia la vida y hacia sus relaciones.

Poder desarrollar lo que está potencialmente en cada uno, es una aspiración a la que no se debe renunciar, cuando se sufre infelicidad o se comienza a sentir que está faltando algo.

El cambio debe ser interno, o sea de adentro para afuera, evitando temores, prejuicios, ideas preconcebidas y arriesgándose a emprender la aventura de iniciar una nueva forma de vida con férrea voluntad y sana convicción.

No se trata de intentar ser otro sino de realmente ser quien se es, trascendiendo los condicionamientos del pasado y las viejas creencias y atreviéndose a ser distintos.

Esa necesidad primordial estuvo siempre, pero permanecía tapada por una serie de antiguas estructuras aprendidas que en su momento sirvieron para adaptarse.
Tal vez la insatisfacción interior se manifestó siempre de alguna manera sin saber interpretarla, obstaculizando las relaciones, alterando el carácter, o transformándose en enfermedades recurrentes o en síntomas migratorios que trataban inútilmente de llamar la atención.

El cambio nos enfrenta a lo desconocido, porque nos hace sentir inseguros y tememos las pérdidas, aunque ya no signifiquen nada para nosotros.

Cambiar es difícil para todos, pero es preciso saber que cuando uno cambia todo cambia alrededor, las personas y las cosas, principalmente porque se las ve con otros ojos.

El cambio obliga a aprender una nueva forma de relacionarse con el mundo y con los demás.

La vida nos brinda oportunidades para cambiar, situaciones que hacen que el entorno se modifique y que obligan a cambiar las estructuras, como las pérdidas, los accidentes y a veces hasta las enfermedades. Porque las crisis son las mejores detonantes para el cambio, encrucijadas que hacen que ya nada importe.

Sólo se puede cambiar si se tiene una intención genuina propia y se puede lograr de a poco, dándose el tiempo que se necesita pero con la sólida firmeza de no volver atrás.

Cambiar obliga a hacerse cargo de la propia vida, a ser capaces de hacerse responsables de los actos y a enfrentar nuevos desafíos.

Los cambios producen temor aún ante la perspectiva de que se cumplen todos los deseos, porque se puede tener miedo hasta de sentirse mejor.

El cambio es un proceso, lo importante es que sea consistente y no haya renuncias o retrocesos

Fuente: http://filosofia.laguia2000.com/