Yom Kipur, y el Futuro Mesiánico
Estamos por celebrar este Shabat un día muy especial, será Shabat Yom Kipur (día del perdón). Así que la Parashat HaShavua es Yom Kipur.
El origen del servicio de Yom Kipur se presentan en el capítulo 16 de Vayikrá / Levítico (también en Shemot / Éxodo 30:10; Vayikrá 23:27-31, 25:9; Bamidbar / Números 29:7-11). Este era el ayuno más solemne, en el cual ningún alimento podía ser tomado en forma alguna en todo el día, y se prohibían los trabajos serviles.
La Torá dice: Vayikrá 23: “23:27 A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a HaShem. 23:28 Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de HaShem vuestro Elohim. 23:29 Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo. 23:30 Y cualquiera persona que hiciere trabajo alguno en este día, yo destruiré a la tal persona de entre su pueblo. 23:31 Ningún trabajo haréis; estatuto perpetuo es por vuestras generaciones en dondequiera que habitéis. 23:32 Día de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a tarde guardaréis vuestro reposo.”
¿Que es Yom Kipur? Yom Kipur es la festividad Bíblica del Día de la Expiación o Perdón. En el calendario Bíblico hebreo, Yom Kipur comienza en el anochecer del noveno día del mes de Tishri, y continúa hasta el anochecer del siguiente día. Yom Kipur es el día del arrepentimiento, considerado el día más santo y más solemne del año. Su tema central es la expiación y la reconciliación. La comida, la bebida, el baño, y las relaciones conyugales están prohibidos. Al terminar el día de Yom Kipur, se celebra un servicio mas, el cual se llama Neila es un servicio especial sostenido sólo durante el día de Yom Kipur, y marca el cierre de las fiesta. Yom Kipur culmina con el sonar del shofar, que marca la conclusión del ayuno.
Cuando cae el sol y la noche se aproxima se cierran los portones del cielo o las puertas del Beit Hamikdash y el Santo Bendito Sea firma el veredicto del juicio. Nos dirigimos al Eterno bendito sea y pedimos: “ábrenos las puertas en este momento final”. Al concluir la tefila de Neila el cantor proclama, y el público detrás de el, “Shema Israel HaShem Elokenu HaShem ejad” – Escucha Israel, el Eterno es nuestro Elohim, el Eterno es Uno – . Se recita tres veces “Baruj shem kvod maljuto leolam vaed” – Bendito sea su nombre, su gloria y su reino eternamente – . Y siete veces “HaShem Hu HaElokim” – HaShem es nuestro Elohim (Juez), luego se toca el shofar para terminar el día de Yom Kipur y la entrada del año del jubileo (Vayikrá 25) este año.
¿Pero que tiene que ver Yom Kipur y Melej HaMashiaj? Cada festival bíblico o en calendario Bíblico Judío nos da una señal (zimanim) de lo que HaShem esta o hara en el futuro con su pueblo Israel. En Pesaj HaKodesh Baruj Hu (el Eterno bendito sea Su Nombre) nos trae la redención por medio de Melej HaMashiaj, y nos saca del Mitzrayim (lugar estrecho de constricciones / limitaciones), el cual nos lleva a Shavuot (Pentecostés), el cual nos da la constitución como pueblo (la Torá de HaShem es nuestra constitución).
Rosh Hashana / Yom Terua representa el comienzo de el juzgamiento del Eterno, también llamado como la “tribulación de Jacobo”.
En si podemos decir tribulación es la forma que El Eterno limpia nuestras impurezas, lo cual nos lleva a la verdad del Eterno. Rosh Hashana no es el día del regreso de Melej HaMashiaj, pero si es el comienzo del reavivamiento mas grande en Israel, tiempos los cuales Israel reconocerá a aquel que fue traspasado, como dice el Tanaj, en Zejarya / Zacarías: “12:10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.
12:11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido. 12:12 Y la tierra lamentará, cada linaje aparte; los descendientes de la casa de David por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres por sí; 12:13 los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres por sí; 12:14 todos los otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres por sí. “
Después de Rosh Hashana / Yom Terua viene diez días después Yom Kipur, el cual es el final del final, donde El Eterno trae el ultimo juicio, donde se Marka para bien o para mal lo que te vendrá el año que viene (en el caso final en la venida del Mesías, será donde estará tu destino con el Eterno, o no).
Yom Kipur es el día que el Mashiaj es revelado a todo el mundo. Cinco días después de Yom Kipur viene Sukot, el cual representa el día que el Beit HaMikdash (Templo) en Jerusalén es reinaugurado, y el reino Mesiánico es establecido, Mashiaj enseñara Torá a todo el mundo, y la paz del Eterno estará sobre la faz de la tierra.
Entonces Yom Kipur da a entender el final de los finales, donde el mundo entero es juzgado, donde El Eterno quien vivirá y quien morirá este año que entro, quien prosperara y quien caerá, El Eterno te declara este día, al final del día de Yom Kipur, cuanto dinero ganaras este año nuevo, y cualquier bendición o no te caerá.
Dice la Zohar (libro místico Judío) que Melej HaMashiaj ayudara (motivara) hasta los mismos justos / piadosos a hacer teshuva (arrepentirse) . Lo que aprendemos de esto es que todos tenemos que arrepentirnos de algo, y esto no solo es con el Eterno, sino con todos aquellos que hemos ofendido. Pronto el servicio de Yom Kipur comenzara, medita, y busca que has hecho este año pasado (inventario de pecados), y arrepiéntete, busca del Eterno, y pide perdón promedio de los meritos de nuestro Rabino, y Maestro, Maran Yeshua Melej HaMashiaj.
Al final de Yom Kipur las personas en el servicio de Yom Kipur decimos “Leshana haba b’Yerushalaim” (El próximo año en Jerusalén) y con esto debemos pedirle al Eterno que este sea el año de la redención final, y que si, el próximo año celebremos Yom Kipur en Jerusalén con Mashiaj, nuestro príncipe de paz (Sar Shalom).
¡Queremos a Mashíaj YA, Shabat Shalom!
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miércoles, 8 de septiembre de 2010
Rosh Hashaná – Año Nuevo Judio
Rosh Hashaná (en hebreo: ראש השנה transliterado ro’sh ha-shānāh, "comienzo del año" es el Año Nuevo espiritual judío y se celebra el primero y el segundo día de Tishrei (primer mes en el calendario hebreo).
Para el inicio del año hebreo hay dos criterios: según la Biblia, el mes de Nisán (por marzo-abril) será el primero de los meses del año (Shemot Éxodo 12.2). Pero posteriormente la tradición judía ha establecido el comienzo del año en el mes hebreo de Tishrei (por septiembre-octubre), cuando se festeja el Año Nuevo Judío o Rosh Hashaná, por considerárselo el mes en que Dios creó el mundo y es a partir de ésta celebración que se cuentan los años. En este día, según la tradición, fue creado el primer hombre: Adán.
La celebración comienza al anochecer de la víspera.El sonido del shofar, un cuerno, mayormente de carnero, llama a los judíos a la meditación, el auto-examen y el arrepentimiento, es tocado durante la plegaria matutina. Es el primero de los días de arrepentimiento e introspección, de balance de los actos y de las acciones realizadas, de plegaria y sensibilidad especiales. (Aseret Yemei Teshuva) que terminan con el Yom Kippur (Día del Perdón).
También se lo conoce como el Día del Juicio y como el Día del Recuerdo porque, según la tradición, ese día Dios juzga a los hombres, abriendo tres libros: uno, con los malos (quienes quedan inscriptos y sellados para la muerte), otro, con los buenos (quienes quedan inscriptos y sellados para la vida) y, el tercero, para quienes serán juzgados en el Yom Kippur.
Rosh Hashaná (Comienzo del Año), junto con Yom Kippur (Día del Perdón), forman en la tradición judía una unidad llamada Yamim Noraim (Días temibles) por ser el momento en que Dios juzga al mundo y decreta lo que sucedera en el transcurso del nuevo año.
El 1º de Tishrei no es sólo el primer día del año, sino también su "Cabeza". Así como la cabeza comanda al resto del cuerpo, del mismo modo en este día se predestinan todos los hechos que ocurrirán durante el año.
Tradiciones y costumbres:
Durante los Yamim Noraim ( "días de temibles" ) muchas oraciones de penitencia (llamadas selijot) y poemas religiosos (llamados piyuttim) se añaden a las oraciones normales. Existen libros especiales para el Rosh Hashanah y Yom Kippur, como el majzor (plural). El saludo tradicional del Rosh Hashanah es el "Shana Tova" (en hebreo, "Buen Año".
Es costumbre comer durante Rosh Hashanah distintos alimentos como símbolos de deseos para el año entrante. Por ejemplo, se come manzanas con miel o azúcar para simbolizar un año dulce.
Esta festividad también se caracteriza por hacer sonar el shofar, cuerno de carnero. Durante la tarde del primer día se realiza el tashlij, el simbólico desecho de los pecados yendo a un río o caudal de agua y recitando ahí una oración.
Este año Rosh Hashana caen en el calendario gregoriano los dias 9 y 10 de septiembre, mientras que Yom Kippur cae el dia 18 del mismo mes.
Para el inicio del año hebreo hay dos criterios: según la Biblia, el mes de Nisán (por marzo-abril) será el primero de los meses del año (Shemot Éxodo 12.2). Pero posteriormente la tradición judía ha establecido el comienzo del año en el mes hebreo de Tishrei (por septiembre-octubre), cuando se festeja el Año Nuevo Judío o Rosh Hashaná, por considerárselo el mes en que Dios creó el mundo y es a partir de ésta celebración que se cuentan los años. En este día, según la tradición, fue creado el primer hombre: Adán.
La celebración comienza al anochecer de la víspera.El sonido del shofar, un cuerno, mayormente de carnero, llama a los judíos a la meditación, el auto-examen y el arrepentimiento, es tocado durante la plegaria matutina. Es el primero de los días de arrepentimiento e introspección, de balance de los actos y de las acciones realizadas, de plegaria y sensibilidad especiales. (Aseret Yemei Teshuva) que terminan con el Yom Kippur (Día del Perdón).
También se lo conoce como el Día del Juicio y como el Día del Recuerdo porque, según la tradición, ese día Dios juzga a los hombres, abriendo tres libros: uno, con los malos (quienes quedan inscriptos y sellados para la muerte), otro, con los buenos (quienes quedan inscriptos y sellados para la vida) y, el tercero, para quienes serán juzgados en el Yom Kippur.
Rosh Hashaná (Comienzo del Año), junto con Yom Kippur (Día del Perdón), forman en la tradición judía una unidad llamada Yamim Noraim (Días temibles) por ser el momento en que Dios juzga al mundo y decreta lo que sucedera en el transcurso del nuevo año.
El 1º de Tishrei no es sólo el primer día del año, sino también su "Cabeza". Así como la cabeza comanda al resto del cuerpo, del mismo modo en este día se predestinan todos los hechos que ocurrirán durante el año.
Tradiciones y costumbres:
Durante los Yamim Noraim ( "días de temibles" ) muchas oraciones de penitencia (llamadas selijot) y poemas religiosos (llamados piyuttim) se añaden a las oraciones normales. Existen libros especiales para el Rosh Hashanah y Yom Kippur, como el majzor (plural). El saludo tradicional del Rosh Hashanah es el "Shana Tova" (en hebreo, "Buen Año".
Es costumbre comer durante Rosh Hashanah distintos alimentos como símbolos de deseos para el año entrante. Por ejemplo, se come manzanas con miel o azúcar para simbolizar un año dulce.
Esta festividad también se caracteriza por hacer sonar el shofar, cuerno de carnero. Durante la tarde del primer día se realiza el tashlij, el simbólico desecho de los pecados yendo a un río o caudal de agua y recitando ahí una oración.
Este año Rosh Hashana caen en el calendario gregoriano los dias 9 y 10 de septiembre, mientras que Yom Kippur cae el dia 18 del mismo mes.
Hebreos, Judíos, Israelitas.
La tradición se remonta a Abraham, llamado el primer hebreo (del hebreo עִבְרִי, ivrí: "el que viene del otro lado"), por haber venido a la tierra de Canaán desde Mesopotamia, siguiendo el llamado de Dios (Génesis 12:1), hace unos 4000 años. Abraham es considerado patriarca por los tres principales credos monoteístas, y de aquí que éstos sean conocidos también con el nombre de religiones abrahámicas.
Los judíos son llamados en la Biblia "hijos de Israel" (Éxodo 1:1,7; nótese la extensión en el significado entre el versículo 1 y el 7), y de aquí serán llamados, más adelante, "el pueblo de Israel" o israelitas. El nombre de Israel le fue otorgado al patriarca Jacob, nieto de Abraham, por el ángel con el que se trabó en lucha, quien al bendecirlo lo llamó Israel (יִשְׂרָאֵל, del hebreo "uno que ha luchado con Dios", Génesis 32:24-28).
El nombre judío aparece sólo con posterioridad (Ester 2:5), y proviene del reino de Judá (del hebreo יְהוּדָה, Yehudá, hijo de Jacob), formado por dos de las doce tribus del pueblo de Israel, y las únicas remanentes luego de la escisión entre este reino y el de Israel, y la destrucción del último y posterior exilio de las diez tribus que lo formaban a manos de Asiria, en el año 722 a. C.: "Yahvé ", por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá".(2Reyes 17:18)
¿Quién es judío?
La identidad judía no depende en primer lugar de la aceptación de creencias o del seguimiento de un modelo de vida determinado. Existen dos versiones sobre quiénes conforman la religión judía.
En primer lugar, el judaísmo ortodoxo defiende que la Ley judía (halajá) establece que aquel que ha nacido de madre judía, o ha realizado un proceso de conversión (guiur) conducido por un rabino, comunidad judía (sinagoga) y finalizado ante un beit din (tribunal rabínico) ortodoxos, es judío por definición.
En segundo lugar, el judaísmo conservador defiende los mismos puntos, con la particularidad de que los procesos de conversión aceptados son los realizados por la ortodoxia (proceso anteriormente citado) o por los beit din propios del judaísmo conservador.
Tercer lugar, los reformistas creen que son judíos aquellas personas que han 'nacido de madre o padre judíos o se han convertido ante un beit din ortodoxo, conservador o ante un rabino reformista (cabe mencionar que cada rabino reformista tiene libertad para decidir cuando un prosélito pasa a ser judío). A este punto cabe añadir que los rabinos reformistas que habitaban en América establecieron que los hijos de padre judío podían ser considerados como tales si recibían algún tipo de educación judía. Esto se debe a que un 57 por ciento de los hombres judíos decidían casarse fuera del grupo de mujeres judías.
Por lo tanto, ser judío es una cuestión de descendencia física y/o espiritual (descendientes espiritualmente de los patriarcas Abraham, Itzhak y Yacoov), según la halajá, una persona judía puede ser cristiana o musulmana, sin perder su condición formal de judío pero perdiendo los derechos religiosos y comunitarios (por ejemplo, el derecho a la sepultura en un cementerio judío).
A pesar de todo esto, convertirse al judaísmo es posible, pues en el Talmud menciona:
Los rabinos dicen: Si alguien llega y quiere ser un converso, ellos le dicen: "¿Por qué quieres ser un converso? ¿Acaso no sabes que los judíos están hostigados, acosados, perseguidos y acorralados, y que numerosos problemas los aquejan?" Si contesta: "Lo sé, y no soy digno", entonces lo reciben sin que sea necesario argumentar nada más.
Sin embargo, en la práctica será una tarea ardua y compleja. Hubo una época en la que la Iglesia cristiana consideró una grave ofensa la conversión de sus fieles al judaísmo; no obstante, no es ninguna ventaja, ya que la Torá debe ser seguida por toda la comunidad. Por tanto, se defendían con que no hay ningún tipo de provecho al convertirse al judaísmo ni motivo para fomentar la conversión.
Este punto es uno de los que más diferencia al judaísmo del cristianismo o del Islam, pues a estas dos últimas religiones monoteístas puede pertenecer cualquiera que profese y respete sus creencias.
Fundamentos del judaísmo
Estos son algunos de los principios sobre los que se basa la religión judía, o que la caracterizan.
El judaísmo se basa en el Tanaj (lo que los cristianos llaman Antiguo Testamento), compendio de 24 libros que cuenta la historia del hombre y de los judíos, desde la Creación hasta la construcción del Segundo Templo, e incluye también preceptos religiosos, morales y jurídicos; filosofía, profecías y poesía, entre otros. Sus cinco primeros libros, en conjunto conocidos con el nombre de "la Torá" o "Pentateuco", son considerados escritos por inspiración divina y, por ende, sagrados, y su lectura pública en la sinagoga los días lunes, jueves y sábados forma parte fundamental del culto judío, lo que le ha valido al pueblo judío el nombre de «Pueblo del Libro».
La Torá es la fuente primera de los siete preceptos morales básicos que obligan a todo ser humano como tal («Los siete preceptos de los hijos de Noé»; Génesis 9:1-7), y de los 613 preceptos religiosos que obligan a los judíos (613 mitzvot): 365 que imponen abstenerse de acción —uno por cada día del año— y 248 preceptos que obligan positivamente a hacer —uno por cada órgano del cuerpo—. Los preceptos bíblicos son comentados, explicados, ampliados e implementados por las diferentes exégesis que plasmaron por escrito las tradiciones orales: la Mishná y el conjunto en el que ésta está incluida: el Talmud.
Los preceptos jurídicos, éticos, morales y religiosos que emanan de la Torá, y que junto a su explicación de la Mishná conforman el corpus jurídico principal del judaísmo, el Talmud, son conocidos como la ley judía o Halajá (הֲלָכָה, "camino"), cuya fuente compilativa principal y reconocida por los judíos de todo el mundo —amén de una riquísima y amplia literatura halájica a lo largo de los siglos— es el libro medieval "Shulján Aruj" (שֻׂלְחָן עָרוּךְ, "la mesa servida"). Los mandamientos de la Halajá comandan el ciclo íntegro de la vida judía observante, desde la circuncisión al nacer (Génesis 17:10), pasando por la alimentación (la Cashrut, כַּשְׁרוּת, Levítico 11:1-47), la vida íntima (Levítico 12:1-8), la vestimenta (Levítico 19:19), y así todos los hitos principales de la vida del hombre, hasta su muerte.
La plegaria más solemne de la religión judía, que plasma la esencia misma de la creencia monoteísta, aparece en el quinto y último libro de la Torá: "Oye, Israel, el señor es nuestro Dios, el señor es Uno" (שְׁמַע יִשְׂרָאֵל, ה' אֱלֹהֵינוּ, ה' אֶחָד; Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad Deuteronomio 6:4). Los creyentes la recitan dos veces por día, en las oraciones de la madrugada y del atardecer.
El símbolo judío de nuestros días por excelencia es la estrella de David (מָגֶן דָוִד, Maguén David, "escudo de David", véase en la plantilla de arriba), llamado así por la creencia de que el rey David lo adoptó como símbolo de armas en su escudo de guerra y en el de sus soldados, aunque aparece con su significado actual muchísimo más tarde, hacia la Edad Media. El símbolo conocido más antiguo del judaísmo es el candelabro ritual de siete brazos (מְנוֹרָה, la Menorá), emplazado antiguamente en el Tabernáculo (Éxodo 25:31-40), y luego en el Templo de Jerusalén (1Reyes 7:49).
La vida judía se rige por un calendario basado en la combinación del ciclo mensual lunar y del año solar, cuyos orígenes se remontan a tiempos bíblicos, y por el cual se rigen las festividades y ritos de la religión hasta el día de hoy.
Kipá (solideo tradicional judío) y Menorá (candelabro ritual de siete brazos), dos de los más conocidos símbolos de la tradición judía.
La festividad judía más venerada es el Shabat (del hebreo שַׂבָּת, sábado, "reposo, cese de actividad", Génesis 2:2-3), considerado sagrado y superado, en solemnidad, sólo por el Día del Perdón o Yom Kipur, precisamente llamado también "Sábado de sábados". Su relevancia en la vida judía es tal que está incluido entre los Diez Mandamientos, que se estiman palabra divina (Éxodo 20:8-11, Deuteronomio 5:12-15).
El liderazgo de la comunidad judía tradicional está en manos del rabino, persona culta y docta en la Halajá que conduce a sus acólitos no sólo en lo espiritual y religioso, celebrando el culto judío, sus festividades y celebraciones, sino que se gana el respeto de su grey como autoridad moral y líder comunitario, brindando consejo, solucionando problemas y dirimiendo todos los conflictos que pudiesen suscitarse entre sus miembros
.
El culto judío se celebra en el templo o sinagoga, que sirve asimismo de lugar de reunión y encuentro comunitario, para cuyo fin el rezo en público requiere de un mínimo de diez varones. La sinagoga sustituye en tal función al Templo de Jerusalén, destruido en el año 70 y lugar único de oración y peregrinación hasta su desaparición física. Del mismo modo, los sacrificios rituales que allí se efectuaban fueron reemplazados por sendas plegarias, que el judío piadoso eleva tres veces al día: al alba (שַׂחֲרִית, Shajarit), por la tarde (מִנְחָה, Minjá) y al anochecer (עַרְבִית, Arvit).
En días festivos se agrega una cuarta a media mañana (מוּסָף, Musaf), y sólo en Yom Kipur se cierra la celebración con una quinta plegaria (נְעִילָה, Ne'ilá).
La religión y el pueblo judío consagraron desde siempre a la tierra de Israel, la tierra sagrada, como uno de sus ejes principales, ya desde sus mismos albores (Génesis 12:7), convirtiéndose ésta en parte integral de la idiosincrasia judía: el mundo se divide entre la Tierra Santa y todo el resto, llamado diáspora. Así, las sinagogas de todo el mundo se construyen de cara a Israel; los rezos y festividades concuerdan con su clima y sus estaciones; gran parte de los preceptos pueden cumplirse sólo al pisar su suelo, por nombrar algunos pocos. Dentro de la tierra de Israel ocupa Jerusalén un lugar único en la devoción judía, y dentro de la ciudad los restos del Templo de Salomón, el llamado "Muro de los Lamentos", es considerado el más sagrado de los sitios. Comparten con Jerusalén su condición de santidad, en menor medida, también las ciudades de Hebrón, Safed y Tiberíades.
El pueblo judío se identificó desde un principio con la lengua hebrea, considerada "lengua sagrada" (לְשׁוֹן הַקּׁדֶשׁ, leshón hakódesh), en la que están escritas la Torá y la mayor parte de la literatura judía. Relegada a condición de lengua muerta durante siglos, reservada a la oración, a la literatura y a los textos jurídicos y teológicos, fue recuperada como lengua hablada y modernizada con el resurgir del sionismo y adoptada como lengua oficial del Estado de Israel.
Los judíos son llamados en la Biblia "hijos de Israel" (Éxodo 1:1,7; nótese la extensión en el significado entre el versículo 1 y el 7), y de aquí serán llamados, más adelante, "el pueblo de Israel" o israelitas. El nombre de Israel le fue otorgado al patriarca Jacob, nieto de Abraham, por el ángel con el que se trabó en lucha, quien al bendecirlo lo llamó Israel (יִשְׂרָאֵל, del hebreo "uno que ha luchado con Dios", Génesis 32:24-28).
El nombre judío aparece sólo con posterioridad (Ester 2:5), y proviene del reino de Judá (del hebreo יְהוּדָה, Yehudá, hijo de Jacob), formado por dos de las doce tribus del pueblo de Israel, y las únicas remanentes luego de la escisión entre este reino y el de Israel, y la destrucción del último y posterior exilio de las diez tribus que lo formaban a manos de Asiria, en el año 722 a. C.: "Yahvé ", por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá".(2Reyes 17:18)
¿Quién es judío?
La identidad judía no depende en primer lugar de la aceptación de creencias o del seguimiento de un modelo de vida determinado. Existen dos versiones sobre quiénes conforman la religión judía.
En primer lugar, el judaísmo ortodoxo defiende que la Ley judía (halajá) establece que aquel que ha nacido de madre judía, o ha realizado un proceso de conversión (guiur) conducido por un rabino, comunidad judía (sinagoga) y finalizado ante un beit din (tribunal rabínico) ortodoxos, es judío por definición.
En segundo lugar, el judaísmo conservador defiende los mismos puntos, con la particularidad de que los procesos de conversión aceptados son los realizados por la ortodoxia (proceso anteriormente citado) o por los beit din propios del judaísmo conservador.
Tercer lugar, los reformistas creen que son judíos aquellas personas que han 'nacido de madre o padre judíos o se han convertido ante un beit din ortodoxo, conservador o ante un rabino reformista (cabe mencionar que cada rabino reformista tiene libertad para decidir cuando un prosélito pasa a ser judío). A este punto cabe añadir que los rabinos reformistas que habitaban en América establecieron que los hijos de padre judío podían ser considerados como tales si recibían algún tipo de educación judía. Esto se debe a que un 57 por ciento de los hombres judíos decidían casarse fuera del grupo de mujeres judías.
Por lo tanto, ser judío es una cuestión de descendencia física y/o espiritual (descendientes espiritualmente de los patriarcas Abraham, Itzhak y Yacoov), según la halajá, una persona judía puede ser cristiana o musulmana, sin perder su condición formal de judío pero perdiendo los derechos religiosos y comunitarios (por ejemplo, el derecho a la sepultura en un cementerio judío).
A pesar de todo esto, convertirse al judaísmo es posible, pues en el Talmud menciona:
Los rabinos dicen: Si alguien llega y quiere ser un converso, ellos le dicen: "¿Por qué quieres ser un converso? ¿Acaso no sabes que los judíos están hostigados, acosados, perseguidos y acorralados, y que numerosos problemas los aquejan?" Si contesta: "Lo sé, y no soy digno", entonces lo reciben sin que sea necesario argumentar nada más.
Sin embargo, en la práctica será una tarea ardua y compleja. Hubo una época en la que la Iglesia cristiana consideró una grave ofensa la conversión de sus fieles al judaísmo; no obstante, no es ninguna ventaja, ya que la Torá debe ser seguida por toda la comunidad. Por tanto, se defendían con que no hay ningún tipo de provecho al convertirse al judaísmo ni motivo para fomentar la conversión.
Este punto es uno de los que más diferencia al judaísmo del cristianismo o del Islam, pues a estas dos últimas religiones monoteístas puede pertenecer cualquiera que profese y respete sus creencias.
Fundamentos del judaísmo
Estos son algunos de los principios sobre los que se basa la religión judía, o que la caracterizan.
El judaísmo se basa en el Tanaj (lo que los cristianos llaman Antiguo Testamento), compendio de 24 libros que cuenta la historia del hombre y de los judíos, desde la Creación hasta la construcción del Segundo Templo, e incluye también preceptos religiosos, morales y jurídicos; filosofía, profecías y poesía, entre otros. Sus cinco primeros libros, en conjunto conocidos con el nombre de "la Torá" o "Pentateuco", son considerados escritos por inspiración divina y, por ende, sagrados, y su lectura pública en la sinagoga los días lunes, jueves y sábados forma parte fundamental del culto judío, lo que le ha valido al pueblo judío el nombre de «Pueblo del Libro».
La Torá es la fuente primera de los siete preceptos morales básicos que obligan a todo ser humano como tal («Los siete preceptos de los hijos de Noé»; Génesis 9:1-7), y de los 613 preceptos religiosos que obligan a los judíos (613 mitzvot): 365 que imponen abstenerse de acción —uno por cada día del año— y 248 preceptos que obligan positivamente a hacer —uno por cada órgano del cuerpo—. Los preceptos bíblicos son comentados, explicados, ampliados e implementados por las diferentes exégesis que plasmaron por escrito las tradiciones orales: la Mishná y el conjunto en el que ésta está incluida: el Talmud.
Los preceptos jurídicos, éticos, morales y religiosos que emanan de la Torá, y que junto a su explicación de la Mishná conforman el corpus jurídico principal del judaísmo, el Talmud, son conocidos como la ley judía o Halajá (הֲלָכָה, "camino"), cuya fuente compilativa principal y reconocida por los judíos de todo el mundo —amén de una riquísima y amplia literatura halájica a lo largo de los siglos— es el libro medieval "Shulján Aruj" (שֻׂלְחָן עָרוּךְ, "la mesa servida"). Los mandamientos de la Halajá comandan el ciclo íntegro de la vida judía observante, desde la circuncisión al nacer (Génesis 17:10), pasando por la alimentación (la Cashrut, כַּשְׁרוּת, Levítico 11:1-47), la vida íntima (Levítico 12:1-8), la vestimenta (Levítico 19:19), y así todos los hitos principales de la vida del hombre, hasta su muerte.
La plegaria más solemne de la religión judía, que plasma la esencia misma de la creencia monoteísta, aparece en el quinto y último libro de la Torá: "Oye, Israel, el señor es nuestro Dios, el señor es Uno" (שְׁמַע יִשְׂרָאֵל, ה' אֱלֹהֵינוּ, ה' אֶחָד; Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad Deuteronomio 6:4). Los creyentes la recitan dos veces por día, en las oraciones de la madrugada y del atardecer.
El símbolo judío de nuestros días por excelencia es la estrella de David (מָגֶן דָוִד, Maguén David, "escudo de David", véase en la plantilla de arriba), llamado así por la creencia de que el rey David lo adoptó como símbolo de armas en su escudo de guerra y en el de sus soldados, aunque aparece con su significado actual muchísimo más tarde, hacia la Edad Media. El símbolo conocido más antiguo del judaísmo es el candelabro ritual de siete brazos (מְנוֹרָה, la Menorá), emplazado antiguamente en el Tabernáculo (Éxodo 25:31-40), y luego en el Templo de Jerusalén (1Reyes 7:49).
La vida judía se rige por un calendario basado en la combinación del ciclo mensual lunar y del año solar, cuyos orígenes se remontan a tiempos bíblicos, y por el cual se rigen las festividades y ritos de la religión hasta el día de hoy.
Kipá (solideo tradicional judío) y Menorá (candelabro ritual de siete brazos), dos de los más conocidos símbolos de la tradición judía.
La festividad judía más venerada es el Shabat (del hebreo שַׂבָּת, sábado, "reposo, cese de actividad", Génesis 2:2-3), considerado sagrado y superado, en solemnidad, sólo por el Día del Perdón o Yom Kipur, precisamente llamado también "Sábado de sábados". Su relevancia en la vida judía es tal que está incluido entre los Diez Mandamientos, que se estiman palabra divina (Éxodo 20:8-11, Deuteronomio 5:12-15).
El liderazgo de la comunidad judía tradicional está en manos del rabino, persona culta y docta en la Halajá que conduce a sus acólitos no sólo en lo espiritual y religioso, celebrando el culto judío, sus festividades y celebraciones, sino que se gana el respeto de su grey como autoridad moral y líder comunitario, brindando consejo, solucionando problemas y dirimiendo todos los conflictos que pudiesen suscitarse entre sus miembros
.
El culto judío se celebra en el templo o sinagoga, que sirve asimismo de lugar de reunión y encuentro comunitario, para cuyo fin el rezo en público requiere de un mínimo de diez varones. La sinagoga sustituye en tal función al Templo de Jerusalén, destruido en el año 70 y lugar único de oración y peregrinación hasta su desaparición física. Del mismo modo, los sacrificios rituales que allí se efectuaban fueron reemplazados por sendas plegarias, que el judío piadoso eleva tres veces al día: al alba (שַׂחֲרִית, Shajarit), por la tarde (מִנְחָה, Minjá) y al anochecer (עַרְבִית, Arvit).
En días festivos se agrega una cuarta a media mañana (מוּסָף, Musaf), y sólo en Yom Kipur se cierra la celebración con una quinta plegaria (נְעִילָה, Ne'ilá).
La religión y el pueblo judío consagraron desde siempre a la tierra de Israel, la tierra sagrada, como uno de sus ejes principales, ya desde sus mismos albores (Génesis 12:7), convirtiéndose ésta en parte integral de la idiosincrasia judía: el mundo se divide entre la Tierra Santa y todo el resto, llamado diáspora. Así, las sinagogas de todo el mundo se construyen de cara a Israel; los rezos y festividades concuerdan con su clima y sus estaciones; gran parte de los preceptos pueden cumplirse sólo al pisar su suelo, por nombrar algunos pocos. Dentro de la tierra de Israel ocupa Jerusalén un lugar único en la devoción judía, y dentro de la ciudad los restos del Templo de Salomón, el llamado "Muro de los Lamentos", es considerado el más sagrado de los sitios. Comparten con Jerusalén su condición de santidad, en menor medida, también las ciudades de Hebrón, Safed y Tiberíades.
El pueblo judío se identificó desde un principio con la lengua hebrea, considerada "lengua sagrada" (לְשׁוֹן הַקּׁדֶשׁ, leshón hakódesh), en la que están escritas la Torá y la mayor parte de la literatura judía. Relegada a condición de lengua muerta durante siglos, reservada a la oración, a la literatura y a los textos jurídicos y teológicos, fue recuperada como lengua hablada y modernizada con el resurgir del sionismo y adoptada como lengua oficial del Estado de Israel.
Fiestas Judías: Rosh Hashaná y Yom Kippur

El ser humano, desde los comienzos de la Historia de la Humanidad, ha utilizado los astros para marcar los momentos importantes de su vida, incluyendo su relación con la divinidad, no importa la que sea.
En estas últimas semanas del mes de septiembre estamos celebrando dos de las más importantes en el calendario judío, las cuales son Rosh Hashaná y Yom Kippur.

La primera es la ocasión para que el judío se juzgue a sí mismo. Es el momento de un gran examen de conciencia. Este año ha sido el 17 de septiembre. Le siguen 10 días aptos para el arrepentimiento. Son días de penitencia recordando el pecado de idolatría, símbolo de todos los pecados, cuando el pueblo adoró al becerro de oro en el desierto, negando al único Dios verdadero. Esos “días terribles” se piensa que el mundo entero compadece ante Yavhe para pedirle perdón por los pecados cometidos especialmente contra el prójimo.
Rosh Hashaná viene a ser el preludio de Yom Kippur. La fiesta representa el momento culmen y final de los diez días penitenciales. Para los seguidores de la fe de Abrahán el Yom Kippur es el Día del Gran Perdón, el llamado Sábado de los Sábados o, simplemente, el DIA. Es la jornada en que la comunidad entera se siente purificada de todas sus faltas. Se basan en escritos del profeta Isaías para apoyar estas afirmaciones. Pero se trata de un perdón que a la vez es expiación. Y es obra de Dios, quien renueva su promesa de creación y alianza sin tener en cuenta la infidelidad del pueblo. Gracias a ese perdón el proyecto de creación no puede considerarse nunca fracasado, pues constantemente se ofrece la posibilidad de romper las cadenas de la fatalidad para comenzar de nuevo.
En el "Shul´han Aruj, la recopilación de las leyes prácticas y sus comentarios hasta los sabios contemporáneos según la tradición sefaradí," recogidas por el Rabí Yosef Caro a finales del Medievo, nos dice "… Cada hijo de Israel, descendiente de Jacob…posee una centella de la verdad de la Torá…Aunque por sus múltiples faltas haya podido ahogar en sí esa centella sagrada, jamás podrá extinguirse completamente. En el día de Kipur, un soplo nos llega de las más altas esferas espirituales iluminando nuestro espíritu y ayudándonos a rechazar las seducciones de una vida "libre" de las exigencias del Judaísmo, sin el freno moral que nos impone"
En un mundo globalizado, secularizado y desacralizado como el que vivimos, los organismos supranacionales como las Naciones Unidas están ocupando el lugar de la llamada a la reflexión que en el pasado tenían sinagogas, iglesias, mezquitas o escuelas. Si bien es cierto que estas instituciones tienen mucho de burocrático y de cinismo, como lo hemos comprobado los que hemos laborado en ellas, sin embargo siguen siendo instituciones válidas. Deberían ser sus Asambleas una llamada a un Yom Kipur generalizado, universal. En un mundo globalizado, una reflexión globalizada organizada por estos organismos supranacionales y globalizadores.
En estos días de festividades judías aprendamos a reflexionar sobre nuestros errores para poder construir un futuro mejor.
A la comunidad creyente judía nuestros respetos en estas fiestas grandes de su fe. Ellos son para nosotros los cristianos, los hermanos mayores en la fe. Como afirmaba Pio XI los cristianos espiritualmente somos semitas.
Fuente: http://columnadelpadretomas.blogspot.com/
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