EL AÑO NUEVO – UN POCO DE HISTORIA ALREDEDOR DEL MUNDO

Una de las festividades más antiguas de la historia es la celebración del Año Nuevo. La primera celebración se cree tuvo lugar hace cuatro mil años en la antigua Babilonia. Dentro de un par de días es nuevamente el momento de despedir el año viejo y dar la bienvenida al nuevo. Los Babilones celebraban en el mes de marzo, el 23 de marzo dando inicio al tiempo de siembras. Los romanos también celebraban en marzo pero, el año 46 Julio Cesar creo el calendario Juliano y estableció el 1 de enero como el inicio del año. La celebración de esta fecha reviste significados diversos en diferentes lugares del planeta.
• En el sureste de Asia acostumbran soltar aves y tortugas para que la buena suerte este presente durante el año que se avecina.
• En Japón, la gente cuelga una soga de paja frente a sus casas como símbolo de felicidad y buena suerte. También comienzan a reír al momento exacto en que el año comienza.
• Los chinos realizan una procesión por las calles llevando consigo linternas que alumbran el camino para el nuevo año.
• En Grecia, en el día de Año Nuevo se organiza el festival de San Basilio
• En Vietnam celebran el Tet Nguyen Dan. Ese día, muchos vietnamitas compran peces de agua dulce para dejarlos en libertad.
• En algunas aldeas de Escocia la gente quema barriles de brea y los echa a rodar por las calles mostrando que el año viejo se quemó y el nuevo comienza. Los escoceses también creen en "el primer paso", es decir, que las personas que entran en la casa en el año nuevo traerán buena suerte para el resto del año.
• Los niños de Bélgica escriben a sus padres mensajes de Año Nuevo en papel decorativo.
• En los Estados Unidos, la mayoría de la gente da la bienvenida al Año Nuevo reuniéndose con sus familiares y amigos celebrando con parrilladas y barbacoas.
• En Canadá, en cambio, la actividad principal consiste en organizar una competencia de natación donde la gente se tira al agua congelada.
Pero independientemente de cómo se celebre, el año nuevo es un buen momento para reflexionar sobre el pasado y planificar el futuro. También es un buen momento para las promesas de una vida mejor y bien vivida en armonía consigo mismo y los demás.