El Angel Solar o Angel de la Guarda

Desde pequeñitos siempre se nos ha contado que existe un Ángel de la Guarda.
Este ángel siempre está con nosotros y nos ayuda.
Esta idea ha sido muy explotada por las grandes religiones provocando cierta confusión.

¿Qué es realmente el Ángel Solar o Ángel de la Presencia?

El Alma humana, despierta poco a poco, a medida que la conciencia se va expandiendo. Cuando los tres vehículos inferiores (el cuerpo físico y vital, el emocional y el mental) están integrados, el Alma humana consigue una permanencia definitiva y empieza a manifestarse como Ángel Solar, como Ser de Luz.

Durante infinidad de encarnaciones y millones de años, el Ángel Solar ha estado vinculado con la evolución de la misma Alma.
Ha vivido muy de cerca su evolución, sus penas y sus virtudes. Ha estado a su lado en todos sus sufrimientos, fruto de sus propias experiencias, y solamente ha intervenido en casos muy cruciales en los que necesitaba su guía, mediante sueños o símbolos que es el lenguaje del cuerpo causal.
El Ángel Solar ha recorrido también el largo camino de evolución a través del mundo ilusorio de la materia.

Muchas encarnaciones han pasado sin que haya existido casi ningún contacto entre la personalidad y el Ángel Solar.
Los sabios de la antigüedad introdujeron esta forma pensamiento del Ángel de la Guarda, para que los seres humanos estuvieran más atentos a las pequeñas pero importantes señales, que el Ángel Solar pudiese comunicar.

Como todas las verdades, esta acabó degenerando en un modo fácil de pedir todo lo que la vida no nos daba, al Ángel.
El Ángel Solar se convirtió en un modo de escapar de la realidad que no nos gustaba y se olvidó el verdadero sentido de la comunicación con él; que es ver que podemos hacer nosotros por él en vez de pedir egoístamente para nosotros.

Pero esta relación tuvo un principio y deberá tener un final.
El Ángel Solar habrá cumplido su misión cuando se le pueda transferir la completa responsabilidad de la entidad de la que forma parte, al Alma en crecimiento.

Algún día llegará en el que todos los seres humanos pasaremos al siguiente estado de evolución y seamos ángeles.

Entonces pasaremos por el mismo proceso que pasa él con nosotros.

Entonces comprenderemos la importancia de escucharle y de dejar espacio en nuestro interior para que las cosas sucedan tal y como tienen que suceder y no como nos gustaría a nosotros que sucediesen.