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miércoles, 6 de octubre de 2010

Chilam Balam de Tizimín - La Profesia

Procede de la villa de Tizimín, Yucatán, y fue hallado allí a mediados del siglo XIX.

El párroco de este lugar lo donó al Obispo Carrillo y Ancona en 1870, quien originalmente lo llamó Códice Anónimo. Fue copiado por Berendt posiblemente poco después de 1870. De la copia de Berendt se valió Brinton para hacer la primera traducción de una parte del códice.
Compañero del Chumayel, siguió la misma suerte que éste, hasta que procedente de los Estados Unidos fue donado por la señorita Laura Temple al Museo Nacional de Arqueología (hoy Museo Nacional de Antropología), en donde se conserva juntamente con el de Ixil.

La única traducción completa del Chilam Balam de Tizimín es obra de Maud Worcester Makemson, quien con el título de The Book of the Jaguar Priest la publicó en 1951.

Chilam significa "el que es boca"; es decir, el que profetiza; los chilames eran los sacerdotes que interpretaban los libros antiguos para extraer de ellos profecías, el conocimiento de los hechos futuros. Para los mayas, el arte de profetizar era posible porque creían que el tiempo era una sucesión de ciclos cósmicos y que los acontecimientos, dependiendo de estos ciclos, podían repetirse. Así, a los chilames se les consideraba intérpretes de los mensajes de los dioses.

Balam significa "jaguar" o "brujo", y es, en realidad, un nombre de familia. Se dice que Chilam Balam fue un taumaturgo, un sacerdote del pueblo de Maní que vivió poco antes de la Conquista y que tenía gran reputación como profeta. Cuentan que junto con otros sacerdotes, llamados Napuctun, Al Kauil Chel, Nahau Pech y Natzin Yubun Chan, predijo la llegada de una nueva religión; tras la Conquista, esto se interpretó como un aviso de la llegada de los españoles y del cristianismo.


Generalmente, las profecías se encuentran en los libros sagrados; de ahí derivó el llamarles genéricamente chilam balames. Cada poblado escribió su propio libro, por lo que existen chilam balames de numerosas poblaciones; entre ellas: Maní, Tizimín, Chumayel, Kahua, Ixil, Tekax, Nah y Tusik; el más conocido es el Chilam Balam de Chumayel.


Poema profético contenido en el Chilam Balam de Tizimín:

Come, come para que tengas pan;
bebe, bebe para que tengas agua.
Ese día, polvo cubrirá la Tierra;
ese día, una plaga cubrirá la faz de la Tierra;
ese día, una nube se alzará;
ese día, un hombre fuerte se apoderará de la Tierra;
ese día, las casas caerán en ruinas;
ese día, el tierno follaje será destruido;
ese día, habrá tres signos en el árbol;
ese día, tres generaciones penderán de él;
ese día, será izado el estandarte de la batalla
y [los hombres] se dispersarán por el bosque.


El Chilam Balam (o el libro del adivino de las cosas ocultas) es una colección de libros escritos durante los siglos XVII y XVIII en lenguaje Maya, en el actual México.

Pretendieron contener los secretos de la civilización Maya y son una fuente importante para el conocimiento contemporáneo de la religión, historia, folklore, medicina, y astronomía Maya. Se supone que originalmente existieron una cantidad mayor de libros (nombrados con el nombre del pueblo en los cuales fueron escritos) en la colección de Chilam Balam, aunque solamente un puñado han sobrevivido hasta hoy.

Al principio de la época de la Colonia, la mayor parte de los escritos y vestigios de la mitología maya fueron destruidos por considerarse influencias paganas para la cristianización de los mayas, los libros del Chilam Balam, fueron escritos después de la conquista por los descendientes de los mayas, por lo que en su redacción se nota la influencia de la cultura española, básicamente relatan acontecimientos de relevancia histórica de acuerdo a los "katunes" (años) del calendario maya, también dejan constancia de las tradiciones religiosas.

Los libros más importantes del Chilam Balam son los siguientes:
Maní
Tizimín
Chumayel
Laua
Ixil
Tusik
Códice Pérez
Los libros del Chilam Balam fueron redactados después de la conquista española, recogen textos relativos a la historia, medicina, cosmología, astronomía, cronología y textos no clasificados de los mayas.

El Chilam Balam de Chumayel, es quizá el más importante de estos libros sagrados y proféticos. Balam es el nombre más famoso de los Chilames que vinieron antes de la venida de los blancos al continente.

Balam es un nombre de familia pero significa brujo o mago y Chilam o Chilám es el título que se daba a la clase sacerdotal que interpretaba los libros y la voluntad de los Dioses.

La palabra significa "el que es boca". Balam es también "Jaguar". Los mayas Clásicos tenían un Dios Jaguar. Chilam Balam se puede traducir como "Sacerdote Jaguar". Cada poblado escribió su libro, por lo cual existen el Chilam Balam de Maní,Chumayel, Kaua, Ixil, Tecax, Nah, Tusik.
Tradicionalmente se utiliza el de Chumayel, pues se considera el más completo.

Hay versiones en varias lenguas, entre ellas el español, y destacan las realizadas por Mediz Bolio al español, Peret y Le Clézio al francés, Roys al inglés.

Los Dzules (textos del Chilam Balam de Chumayel)
Versión castellana
Esto es lo que escribo:
En mil quinientos cuarenta y uno fue la primera llegada de los Dzules, de los extranjeros, por el Oriente. Llegaron a Ecab, así es su nombre. Y sucedió que llegaron a la Puerta del Agua, a Ecab, al pueblo de Nacom Balam, en el principio de los días de los años del Katún Once Ahau. Quince veintenas de años antes de la llegada de los Dzules, los Itzáes se dispersaron. Se abandonó el pueblo de Zaciahtun, se abandonó el pueblo de Kinchil Coba, se abandonó Chichén Itzá, se abandonó Uxmal y, al sur de Uxmal, se abandonó Kabah, que así es su nombre. Se abandonaron Zeye, y Pakam, y Homtun, el pueblo de Tixcalomkin y Ake, el de las puertas de Piedra.

Se abandonó el pueblo Donde Baja la Lluvia, Etzemal, allí donde bajó el hijo del todo Dios, el Señor del cielo, el Señor-Señora, el que es Virgen Milagrosa. Y dijo el señor: "Bajen los escudos chimallis de Kinich Kakmo". Ya no se puede reinar aquí. Pero queda el Milagroso, el Misericordioso. "′Bájense las cuerdas, bájense los cintos caídos del cielo. Bájese la palabra caída del cielo." Y así hicieron reverencia de su Señorío los otros pueblos, así se dijo, que no servían los Señores dioses de Emal.

Y entonces se fueron los grandes Itzáes. Trece veces cuatrocientas veces cuatrocientos millares y quince veces cuatrocientas veces cuatrocientos centenares vivieron herejes los Itzáes. Pero se fueron y con ellos sus discípulos, que los sustentaban y que eran muy numerosos. Trece medidas fue Iximal y a la cabeza de la cuenta de los de Iximal hubo nueve almudes y tres Oc. Y los hijos del pueblo fueron con sus dioses por delante y por detrás.

Su espíritu no quiso a los Dzules ni a su cristianismo. No les dieron tributo ni el espíritu de los pájaros, ni el de las piedras preciosas, ni el de las piedras labradas, ni el de los tigres, que los protegían. Mil seiscientos años y trescientos años y terminaría su vida. Ellos sabían contar el tiempo, aún en ellos mismos. La luna, el viento, el año, el día: todo camina, pero pasa también. Toda sangre llega al lugar de su reposo, como todo poder llega a su trono. Estaba medido el tiempo en que se alabaría la grandeza de Los Tres. Medido estaba el tiempo de la bondad del sol, de la celosia que forman las estrellas, desde donde los dioses nos contemplan. Los buenos señores de las estrellas todos ellos buenos.

Ellos tenían la sabiduría, lo santo, no había maldad en ellos. Había salud, devoción, no había enfermedad, dolor de huesos, fiebre o viruela, ni dolor de pecho ni de vientre.
Andaban con el cuerpo erguido. Pero vinieron los Dzules y todo lo deshicieron. Enseñaron el temor, marchitaron las flores, chuparon hasta matar la flor de los otros porque viviese la suya.
Mataron la flor del Nac-xit Xuchit. Ya no había sacerdotes que nos enseñaran.
Y así se asentó el segundo tiempo, comenzó a señorear, y fue la causa de nuestra muerte. Sin sacerdotes, sin sabiduría, sin valor y sin vergüenza, todos iguales. No había gran sabiduría, ni palabra ni enseñanza de los señores. No servían los dioses que llegaron aquí.

¡Los Dzules sólo habían venido a castrar al Sol!

Y los hijos de sus hijos quedaron entre nosotros, que sólo recibimos su amargura.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Chilam_Balam

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