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sábado, 4 de septiembre de 2010

Egipto – Akhenaton – Un Faraon que dejo huellas

Los años en que reino el Faraón Amenofis IV- Akhenaton fueron el momento de mayor civilización que alcanzara la humanidad en la antigüedad, por primera vez, se adoró a un dios único Aton (el disco Solar), dador de la vida y de felicidad, por primera vez se comprendió que nuestra estrella, el Sol con su energía, en forma de rayos, nutría la naturaleza de la que nos alimentamos

A partir de este momento tan especial y aunque las ideas nacidas en esa época fueran borradas por los seguidores a Amon, no todo lo pudieron destruir, el arte egipcio cambió radicalmente en su expresión, haciéndose más humano y cálido, gracias a los grandes trabajos de arqueólogos y egiptólogos, logro emerger de la oscuridad de los tiempos un faraón valeroso que desafío a los sacerdotes de Amon.

Él creo un nuevo culto más sencillo a partir de las tradiciones religiosas de Egipto. rechazo el añadido al culto al Sol, que era el dios Amon o Amon Ra de Tebas, el cual tenia apariencia humana por el culto a Aton que era la forma de designar al disco solar físico en el cielo, la fuerza vital que anima todo cuanto hay en la tierra, la entrada libre de los rayos solares es la caracteritica de sus templos, son a cielo descubierto lo que permite que cada amanecer Akhenatón recarge su energia como si fuese una fiesta Sed.

Para Akhenatón, Atón es único, no distingue entre sus hijos se afirma que todas las criaturas son hijas de Aton y que el Rey es su enviado y profeta en la tierra es considerándo un dios de bondad infinita, es el que da vida a la justicia y el orden cósmico que ha de reinar en la tierra.

No tiene forma humana Atón, es el disco solar que lo identifica con la antigua teología heliopolitana y representa su forma visible en la iconografia Aton porta el Ankh bajo el ureo, lo cual indica que es un dios que da vida.

Sus rayos acabados en manos oferentes envían energía y la vida. Atón es la forma visible de la fuerza de Ra, que es difundida por toda la creación mediante sus rayos. El resto de dioses solo son sirven para que el pueblo pueda acercarse a Atón desde distintas ópticas.

Este es un culto a la fuerza creadora, que se hace visible al hombre mediante el astro solar. El hecho de que el nombre de Atón esté encerrado en cartuchos, como si fuese un faraón, lo eleva a la categoría de rey de los dioses.No tiene doctrinas ni dogmas, ya que la energía de Atón no sólo se reparte en Egipto, sino en todo el mundo.

Por lo tanto, es una religión que sabe convivir con otras, y el hecho de que en el se borrasen los nombres de Amón en muchas estatuas no es un intento de destrucción de otros cultos, sino simplemente una forma de mejorar su posicion.

Sus himnos que expresan la visión de este culto; el Pequeño Himno, encontrado en cinco tumbas en Amarna, y el otro, el Gran Himno encontrado en la tumba de su presunto suegro Aya.

EL PEQUEÑO HIMNO DE ATÓN
¡Oh, Atón viviente, señor eterno, eres espléndido cuando sales! Eres resplandeciente, perfecto, poderoso. Tu amor es grande, inmenso. Tus rayos iluminan todos los rostros, tu brillantez da vida a los corazones cuando llenas las Dos Tierras con tu amor. Dios venerable que se ha formado a sí mismo, que crea cada tierra y lo que en ella se encuentra, todos los hombres, los rebaños y el ganado, todos los árboles que crecen en el suelo. Viven cuando tú apareces para ellos. Tú eres el padre y la madre de todo lo que has creado.Cuando apareces, los ojos te contemplan, tus rayos iluminan la tierra entera. Todo corazón te aclama al verte, cuando te manifiestas como su señor. Cuando te pones en la región de luz en el occidente del cielo, se postran como si muriesen, con la cabeza cubierta, sus narices privadas de aire, hasta que brillas de nuevo en la región de luz en el oriente del cielo. Sus brazos adoran tu ka, nutres sus corazones con tu perfección. Se vive cuando tú resplandeces, todas las comarcas están en fiesta. Cantantes y músicos gritan de alegría en el patio de la capilla de la piedra levantada [el ben-ben] y en todos los templos de Akhetatón, el lugar de rectitud en que te regocijas. En sus centros se ofrecen los alimentos. Tu hijo venerado pronuncia tus plegarias, oh Atón viviente en sus apariciones. Todos aquellos a los que has creado saltan de alegría ante ti. Tu venerable hijo exulta, oh Atón viviente cotidianamente dichoso en el cielo. Tu descendencia es tu hijo venerado, el único de Ra [el rey]. El hijo de Ra no cesa de exaltar su perfección, Neferkeperure, el único de Ra. Yo soy tu hijo que te sirve, que ensalza tu nombre. Tu poder y tu fuerza son firmes en mi corazón. Eres el Atón viviente cuyo símbolo per- dura, tú has creado el cielo lejano para brillar en él, para observar lo que has creado. Eres el Uno en quien se encuentra un millón de vidas. Para hacerlas vivir, insuflas el aliento de vida en su nariz. Por la vista de tus rayos, todas las flores existen. Lo que vive y surge del suelo crece cuando tú brillas. Abrevados con tu vista, los rebaños triscan, las aves baten alegremente las alas en el nido. Las disponen para orar al viviente Atón, su creador.

El dios no es indiferente a los sentimientos humanos (igual que el Dios de los Hebreos), sino que es un dios cuyo culto está basado en el Amor . Hay que señalar, que no sólo crea al hombre, sino a todo ser vivo de la naturaleza.

Las formas de culto no difieren mucho de las formas heliopolitanas. Se sigue venerando la piedra primordial ben-ben, y se continúan haciendo ofrendas de alimentos en altares, éstos ahora bajo la luz solar como en el Imperio Antiguo. Akhenatón, como faraón que es, además de ser hijo de Ra, título inamovible durante toda la historia egipcia, se señala repetidamente como hijo de Atón.

Se puede apreciar ya en este himno, la nula referencia a la muerte, tan presente en toda la liturgia egipcia. Al ser Atón un dios de la vida y el amor, la muerte queda como relegada a un segundo plano. Sin embargo, la muerte sigue existiendo, así que lo que se hizo fue no modificar el concepto Osiriaco (muy acogido por el pueblo), sino transformarlo. Así, Osiris se convierte en la forma de Atón del Mas Allá.

La sociedad del momento no estaba preparada para un único dios de absolutamente todas las cosas, aunque sin duda, si esta experiencia se hubiese prolongado en el tiempo habría llegado a serlo y hubiese cambiado toda la civilización occidental

Akhenatón no es el único que puede hacer ofrendas a Atón ya que hay una imagen de Nefertiti ofrendando en solitario,. El culto comprende tres actos: la procesión, la entrega de la Gran Ofrenda de alimentos y la ofrenda del Maat, la devolución del principio divino que el dios reveló al hombre.

Según los textos, cuando Atón se eleva en el cielo para iluminar la tierra, los rayos descienden hacia el Rey, su hijo amado.

La aceptación del Atonismo por parte del pueblo fue aparentemente escasa solo pocos elegidos pudieron llegar a comprender esta nueva teología. Es improbable que artesanos, agricultores, pescadores, etc, asimilasen en tan poco tiempo una religión tan diferente esto aclara el hecho de haber encontrado en Amarna múltiples templetes dedicados a diversos dioses, incluso a Amón , esto es prueba de la tolerancia y respeto de Akhenaton a los demas cultos jamas hubo una persecución sistemática hacia el clero de Amon , los reales problemas creo yo surgieron por la fuerte reducción de las atribuciones que tuvieron los templos tebanos.

Fuente: http://www.favanet.com.ar/

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