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sábado, 31 de julio de 2010

Los límites de la realidad

"La única posibilidad de descubrir los límites de lo posible es aventurarse en el terreno de lo imposible"
Arthur C. Clarke

Viaje a la Luna, 20 mil leguas de Viaje Submarino de Julio Verne entre otras…
Si nos hubieran dicho alla por los 1950 que iban a existir: celulares, computadoras, internet, rayos laser, GPS, y mucha tecnologia mas, seguramente, hubiéramos dicho, Ciencia Ficcion…

Luego entonces cuando hablamos de Teletransportacion, Holografias, Seres de otro Planetas visitándonos, Por que lo dudamos ?

Para muchas personas el término ciencia ficción es sinónimo de fantasía desbocada, películas de acción o narraciones sobre cosas imposibles.

Sin embargo, el género, independientemente de fanáticos y detractores, cuenta con seguidores —lectores y autores— que lo cosideran una manifestación cultural capaz de llenar la necesidad creada por la curiosidad ante lo desconocido con un enfoque donde el misterio no es una imposibilidad teológica, sino un desafío a la inteligencia.

La ciencia ficción es, sobre todo, un género artístico surgido en la literatura ante la necesidad de incluir en ella las vivencias de un mundo donde la tecnología desempeñaba un papel creciente y los misterios comenzaban a ser enfocados más como problemas por resolver, con posibilidad de hacerlo, que imposiciones divinas inalcanzables para el conocimiento y las acciones humanas.

Es así un género que se renueva, pues trabaja sobre los límites de lo que percibimos como realidad, sus retos y nuevas posibilidades.

También la ciencia ficción tiene el don de predecir situaciones que en su momento parecían fantásticas o imposibles, por lo que muchos han creído que este género se crea para predecir el futuro y por ello se le da también el nombre de género de anticipación.

Las profecías, pronósticos o aciertos de esta son parte de un efecto secundario en el que alguno de los mundos posibles planteados tiene coincidencias con lo que vivimos en la llamada realidad cotidiana.

El hecho de existir una preparación científica, o el conocimiento de los temas planteados por la ciencia y la tecnología por parte de los autores, les ayuda a crear escenarios donde es posible que se desarrollen algunas de las sorpresas preparadas por la tecnología, el comercio, el desenlace político o económico de situaciones creadas o catástrofes que se repiten, se avecinan o sobre las que se especula y que luego resultan ser ciertas.

Nadie recuerda como proféticas aquellas obras que fallaron en sus predicciones y si sobreviven es por sus valores literarios, artísticos o morales que van más allá del hecho de que sus aseveraciones, sean ciertas o no.

Baste mencionar los seres que habitan a la orilla de los canales de Marte en las Crónicas Marcianas de Bradbury que no han perdido su brillo poético, aunque los célebres canales hayan resultado ilusiones ópticas.

Otro de los valores de la ciencia ficción es la verosimilitud, o sea la posibilidad de hacernos creer que lo narrado puede ser cierto, donde el nivel de sugerencia, al basarse en hechos científicos o que parecen corroborados por la ciencia, derrumban las barreras de nuestra incredulidad y accionan los mecanismos lógicos de nuestro entendimiento para comprender lo que nos plantea el autor.

Así los robots inteligentes, los seres extraterrestres, las manipulaciones genéticas y los vuelos espaciales, por citar algunos temas, ya son una realidad y pasan a la cultura cotidiana, se incorporan al lenguaje, los conocimientos y las creencias.

Pero la ciencia ficción no es solo una suma de tecnologías; como arte, y en especial literatura, refleja las necesidades e inquietudes humanas, juega con los imposibles de cada época.

Si bien los viajes eran en la época de Julio Verne la vía de conocer el mundo y los submarinos, aviones, cohetes o misiles permitían en sus obras viajar a cualquier parte de la Tierra o ir a la Luna, estos adelantos tecnológicos no fueron posibles hasta el siglo XX.

Vale recordar que cada día vemos imágenes que nos llegan de todo el mundo por medio de los satélites de comunicaciones y podemos prevenir los daños de los ciclones gracias a la ayuda que para el pronóstico meteorológico representan las computadoras y las fotos multiespectrales de los satélites artificiales.

El láser, logro de la tecnología en el campo de la óptica y de la electrónica anticipado en múltiples obras de la ciencia ficción, está hoy presente en los lectores de códigos de barra de las cajas contadoras en los comercios que visitamos a diario.

El mismo código de barras fue anticipado como escritura numérica lineal en "La Nebulosa de Andrómeda", novela de finales de los cincuenta del siglo pasado.
Las cosas imposibles hoy, pero imaginables como ciertas en un futuro cercano o lejano, enriquecen y forman el panorama de la ciencia ficción, ya que esta se asienta y se nutre de los límites de la realidad que conocemos y de lo que puede existir más allá.

Elementos que son considerados fantásticos en una época dejarán de serlo en otra.

Nuestras verdades de hoy quizás no lo sean dentro de cien años. Ejemplos sobran de cómo con el tiempo las ideas científicas se enriquecen y cambian; la ciencia ficción nos ayuda a suponer cómo será el mundo y cómo nos comportaremos los humanos ante las nuevas situaciones con otros conocimientos.

"Solo los ignorantes niegan lo que no conocen"

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