¿Ha notado reiteradamente cuando trabaja cerca de una pantalla de televisión o monitor cansancio, aturdimiento o falta de concentración?
¿Sufre jaquecas o insomnio desde la instalación de una antena emisora por microondas, cerca de su vivienda?
¿Se siente cargado o cansado después de pasear por suelos enmoquetados y espacios saturados de elementos tecnológicos como fotocopiadoras, ordenadores, router inalámbricos, etc?
Es posible, que parte de estos síntomas se deban a la exposición de campos eléctricos y electromagnéticos, lo que incluye la contaminación por baja frecuencia (cableado eléctrico de la vivienda, transformadores, iluminación, determinados electrodomesticos, ...) y lo que se engloba como alta frecuencia (radares,telefonía móvil, wifi, wimax, dect, bluetooth, etc).
Desde no hace mucho, algunos científicos y asociaciones técnicas empiezan a tomar en cuenta estos hechos. En muchos periódicos y medios de comunicación, es habitual ver demandas de personas que se quejan de una falta de salud al vivir cerca de una línea de alta tensión, de un transformador industrial, e incluso de las novedosas antenas de telefonía móvil.
En el gráfico, puede ver un esquema sencillo de clasificación de las emisiones, desde la luz visible que capta el ojo humano y va del rango de los 380 nanómetros hasta los 780 nanómetros, hasta las ondas de radio que pueden abarcan varios kilometros.
Estamos rodeados de innumerables fuentes naturales de radiación, como los rayos cosmicos, la radioactividad, el flujo magnético terrestre, y hechos cotidianos como la luz solar.
En este último siglo el hombre ha creado mediante la tecnología innumerables fuentes artificiales, desde las ondas de radio, pasando por la iluminación, hasta los más avanzados sistemas de comunicación mediante microondas.
¿Debemos preocuparnos por las emisiones a los que estamos expuestos en el mundo moderno? ¿Es cierto que que algunas emisiones del espectro electromagnético que la industria considera normales, pueden tener relación con ciertas enfermedades?
El sentido común sugiere que esta relación, emisiones y salud, es más importante de lo que expresan muchos medios de comunicación. Algunas personas al no tener una información visual de la radiación restan importancia a esta influencia.
Por ejemplo, hay un experimento al alcance de cualquiera, que ha servido a muchos para ser conscientes que la radiación eléctrica es una energía presente y real. No le costara mucho hacerse con un tubo fluorescente y acercarse cuando empieza la oscuridad cerca de una línea de alta tensión.
Vera que sin cables, baterías ni trucos de ningún tipo el tubo fluorescente que porta se ilumina claramente. La radiación promueve la actividad química del interior del tubo, aunque este se encuentre a una distancia considerable de la línea.
Es razonable pensar que si el campo electro-magnético tiene potencia para encender un tubo sin otro medio que la proximidad, los patrones biológicos reaccionen de alguna forma a esta radiación.
Muchos investigadores sugieren problemas como cansancio, fatiga crónica, jaquecas e incluso enfermedades como el cáncer y la leucemia en personas expuestas constantemente a valores de radiación elevados.
Como ocurre con otros campos, diferentes personas muestras distintos grados de sensibilidad y afectación.
Fuente: Feng Shui Natural
miércoles, 11 de agosto de 2010
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