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martes, 27 de julio de 2010

Madame H.Blavatsky, La Mistica Shamballa….9na Parte

Pruebas que apoyan la teoría

Los siguientes hechos apoyarían la teoría anterior que explica la representación Ocultista Alemana de Shambala como un lugar de fuerzas malignas. En Der Weg nach Shambhala (El Camino a Shambala) (1915), el explorador alemán de Asia Central, Albert Grünwedel, informó que Dorjiev había identificado la Dinastía Romanov como los descendientes de los reyes de Shambala.

En Sturm Über Asien (Tormenta sobre Asia) (1924), el espía alemán Wilhelm Filchner conectó la campaña soviética para conquistar el Asia Central con el interés de los Romanov en el Tibet desde comienzos de siglo. En 1926, los Roerich entregaron tierra supuestamente regalada por los mahatmas del Tibet al Ministro de Asuntos Exteriores Ruso Chicherin para que la pusiera en la tumba de Lenin. Helena Roerich se refería a Marx y a Lenin como mahatmas y afirmaba que emisarios de los mahatmas del Himalaya se habían incluso reunido con Marx en Inglaterra y con Lenin en Suiza. Los mahatmas apoyaban los ideales comunistas de hermandad universal.

En “Aus den letxten Jahrzehnten des Lamaismus in Russland (Acerca de las Últimas Décadas de Lamaísmo en Rusia)” (1926), el sabio alemán W.A. Unkrig citó el libro de Filchner y repitió el informe de Grünwedel concerniente a Dorjiev, los Romanov y Shambala. También refería la ceremonia en el templo Budista de San Petersburgo para conmemorar el 300 aniversario del imperio Romanov. Alertando sobre la influencia de este templo y de una alianza de la Unión Soviética, Mongolia y el Tibet, Unkrig acababa su artículo con la cita en latín “Domine, libera nos a Tartaris” (Dios, líbranos de los Tártaros). Esto encaja bien con la Geopolítica de Haushofer y sus recomendaciones para que Alemania conquistara espacio vital en Asia Central, el hogar de la raza Aria.

Ya en 1910, Steiner daba conferencias en Berlín y Munich sobre Shambala como el trono de Maitreya, el Anticristo que libraría al mundo de las enseñanzas espirituales pervertidas. Tiere, Menschen und Götter (Bestias, Hombres y Dioses)”, la popular traducción del libro de Ossendowski, apareció en 1923. Presentaba Agharti como una fuente de poder que el barón von Ungern-Sternberg buscó para apoyar su batalla contra el líder comunista mongol Sukhe Batur, que estaba enardeciendo a sus tropas con historias de Shambala. Recordemos que la Sociedad Thule identificaba Agharti con Asgaard, el hogar de los dioses noruegos Arios.

Durante la primera mitad de los años 1920, una llamada “guerra oculta” tuvo lugar entre las Sociedades Ocultistas y las Logias Secretas en Alemania. En 1925, Steiner fue asesinado y muchos sospecharon que la Sociedad Thule había ordenado su asesinato. En años posteriores, Hitler continuó la persecución de los Antropósofos, Teósofos, Francmasones y Rosacruces. Varios sabios adscriben esta política al deseo de Hitler de eliminar cualquier rival ocultista a su dominio.

Steiner, por ejemplo, había encargado la traducción alemana de la novela de Bulwer-Lytton sobre el Vril, The Coming Race (La Raza que Viene), bajo el título alemán más explícito Vril, oder einer Menschheit der Zukunft (Vril, o la Raza del Futuro), Además, desde que Steiner y la Antroposofía hablaron de Shambala como la tierra del futuro Mesías y de la benevolencia, tiene sentido que la Sociedad Thule y Hitler la describieran de la manera opuesta, como un lugar de maldad.

Entre 1929 y 1935, aparecieron cinco libros de la aventurera francesa Alexandra David-Neel traducidos al alemán, tales como Heilige und Hexe (Mystiques et Magiciens du Thibet, Con Místicos y Magos en el Tibet). David-Neel había pasado muchos años estudiando y viajando por el Tibet y relató que los adeptos allí tenían poderes extrafísicos que les permitían desafiar la gravedad y correr a una velocidad sobrehumana. Consecuentemente, la fantasía sobre el Tibet como la tierra de los misteriosos poderes mágicos creció salvajemente.

En 1936, Theodor Illion, un explorador alemán que viajó por el Tibet a principios de los años 1930, publicó Rätselhaftes Tibet (En el Tibet Secreto) bajo el pseudónimo Theodor Burang. En él, también describía los poderes sobrenaturales que poseían los adeptos tibetanos. En su segundo libro, Finsternis über Tibet (Oscuridad sobre el Tibet) (1937), describía cuando le condujeron a una ciudad subterránea en el “Valle del Misterio”, donde una “Fraternidad Ocultista” canalizó energía espiritual para obtener poder.

Su líder era el mago Príncipe Mani Rimpotsche. Aunque este “Príncipe de Luz” pretendía ser un benevolente regente, era en realidad el líder de un culto maligno, un “Príncipe de la Oscuridad”. Illion nunca mencionó Shambala, pero sus populares trabajos habrían añadido peso a la afirmación ocultista Nazi de que Shambala era un lugar de magia maligna.

Pruebas que rebaten la Afirmación del Apoyo Oficial Nazi de las Creencias Ocultistas Germanas sobre Shambala

Supongamos que el movimiento ocultista Nazi, representado por la Sociedad Thule, utilizó la alegoría Shambala-Agharti para justificar el cambio de política de Hitler hacia la Unión Soviética. Aún así, parece altamente improbable que las instituciones oficiales Nazis, como el Ahnenerbe, tuvieran a Shambala y Agharti en sus agendas, incluso en sus agendas ocultas. Examinemos las pruebas que apoyarían esa conclusión.
Hitler se convirtió en Canciller de Alemania en 1933.

En ese mismo año, Sebotendorff, el fundador de la rama de Munich de la Sociedad Thule, publicó Bevor Hitler Kam (Antes de que Hitler Viniera), en dicho trabajo resumía la deuda de Hitler con el “Thulismo”. Hitler prohibió rápidamente el libro y obligó a Sebotendorff a dimitir. Aunque Hitler claramente abogaba por las creencias de la Sociedad Thule, desautorizó cualquier conexión con movimientos ocultistas establecidos. No quería dejar abierta la posibilidad de que surgiera la rivalidad de cualquier parte.

Haushofer y la Sociedad Thule, sin embargo, no fueron las únicas influencias entre bastidores sobre el Ahnenerbe. Sven Hedin, el explorador sueco del Tibet y favorito de los Nazis, también jugó un papel significativo. Entre 1922 y 1944, escribió varios libros populares en Alemania sobre sus viajes por el Tibet, tales como Tsangpo Lamas Walfahrt (La Peregrinación de los Lamas Tsangpo) (1922). Muchos otros fueron traducidos al alemán del inglés, tales como My Life as an Explorer (Mi vida como Explorador) (1926) (en alemán Mein Leben als Entdecker, 1928) y A Conquest of Tibet (Una Conquista del Tibet) (1941).

Además, en Ossendowski und die Wahrheit (Ossendowski y la Verdad) (1925), Hedin desacreditaba la afirmación de Ossendowski de que los Lamas mongoles le habían hablado de Agharti. En este libro, él descubría Agharti como una fantasía tomada de la novela de 1886 de Saint-Yves d’Alveidre.

Frederick Hielscher, a quien Hitler autorizó a fundar el Ahnenerbe en 1935, era amigo de Sven Hedin. Además, Hitler invitó a Hedin a pronunciar el discurso de apertura de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, y en 1937, Hedin publicó Germany and World Peace (Alemania y la Paz Mundial) Desde 1939 hasta 1943, Hedin desempeñó varias misiones diplomáticas para Alemania y continuó con sus publicaciones pronazis. La evidencia más clara de su influencia sobre el Ahnenerbe es el hecho de que, en 1943, el Instituto del Tibet del Ahnenerbe pasó a llamarse el Sven Hedin Institut für Innerasien und Expeditione (Instituto Sven Hedin para el Asia Interior y expediciones).

Haushofer fue de hecho crucial en el arranque del Ahnenerbe y en que su agenda se basara en muchas de las creencias de la Sociedad Thule. No obstante, debido a Hedin, es improbable que el Ahnenerbe buscara y recibiera apoyo de Agharti en el Tibet. Hedin reconoció que el Tibet era un depósito de antiguo conocimiento oculto, pero no le atribuyó importancia ocultista. Ni asoció este conocimiento con Shambala o con Agharti.

Además, parece bastante improbable que grupos de tibetanos estuvieran presentes en Berlín y Munich desde 1926 hasta 1929, bajo los auspicios de la Sociedad Thule. Si ese fuera el caso, entonces como el Ahnenerbe había sido oficiosamente asociado a la Sociedad Thule, no habría habido necesidad de enviar una expedición al Tibet para medir los cráneos de los Tibetanos. Podrían haber hecho esas mediciones en Alemania.

Así, la afirmación de que la Sociedad Thule patrocinó viajes anuales al Tibet desde 1926 hasta 1942 parece también bastante improbable.

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