La Canalizacion como fuente de Contacto

La canalización es un fenómeno tan antiguo como la humanidad y consiste básicamente......

“Nos encontramos maravillados a la orilla del extenso mar de la conciencia. Tanto los confines cubiertos de estrellas del supuesto universo exterior, como los confines internos insondables de nuestro propio Ser, se nos ofrecen ahora como dos aspectos de una verdad única y armoniosa.

La canalización encierra para nosotros la posibilidad de un universo de múltiples niveles, poblado por conciencias semejantes a la nuestra, en el que todos podemos interactuar, haciéndose cada uno cargo de su propio desarrollo. Estas fuentes canalizadas, en ocasiones impersonales, nos inducen a la auto determinación, guiados desde los niveles superiores de nuestro propio SER”. Jon Klimo

Son innumerables los libros publicados durante este siglo, fruto de la llamada “contactación” o “canalización” (channeling en Inglés). Este fenómeno, paralelo al de los Objetos Voladores No Identificados y al de los encuentros con seres definidos como extraterrestres por los testigos y buena parte de quienes han estudiado los casos, representa en su conjunto, un desafío a la inteligencia humana que no debe ser eludido, pues tal vez contenga la clave de nuestro propio destino como especie.

Descartando los fraudes y algunos casos de fanatismo o desviación mental, la canalización ha producido obras tan interesantes como El Libro de Urantia, El Rescate de La Tierra, Mensajeros del Alba, Cambios en la Tierra, Ud. Está Transformándose en un Ser Humano Galáctico, Las Claves de Enoc (El Libro del Conocimiento), Un Curso de Milagros, etc.

De estas obras, “El Libro de Urantia”, que bien podría interpretarse como una Biblia sustitutiva, fue canalizada hace 63 años por un grupo anónimo de norteamericanos, quienes depositaron sus más de 2000 páginas en la bóveda de un Banco, hasta que se creara una Fundación en capacidad de editarlo y divulgarlo, lo cual ocurrió en 1955, cuando “The Urantia Foundation” publica “The Urantia Book” o “El Libro de la Tierra”, pues “Urantia” sería, ni más ni menos, el verdadero nombre de nuestro planeta, según las entidades reveladoras de estos originalísimos textos que describen con lujo de detalles, no sólo una impresionante cosmogonía (teoría sobre la formación del universo), sino la vida de Jesús, precisamente de la cual extrajo Juan José Benites buena parte de los argumentos para sus seis tomos de “Caballo de Troya”...

Con respecto a “El Rescate de la Tierra”, editado por el Movimiento denominado “Metafísica Renovada Ray Sol” de Caracas, cuya representante, la señora Araceli Egea, refiere su origen a un grupo de contactación denominado “Puente Rosa”, se trata de una obra sumamente interesante, pues viene a ser una especie de versión desmistificada del Apocalipsis y de aquella parte de los Evangelios que hablan de “los tiempos del fin”... es curioso que, teniendo más de un año en la calle y con varias ediciones, ninguna autoridad haya hecho referencia a su contenido, ni siquiera para desmentirlo... indiferencia que no deja de ser reveladora, por aquello de que “quien calla otorga”. pero tratemos de desentrañar el significado de la palabra canalización, a nuestro jucio y de hecho sinónimo de revelación:

La canalización es un fenómeno tan antiguo como la humanidad y consiste básicamente en que el contactado, es decir, la persona que afirma estar en contacto con o haber sido elegida por entidades que a veces se autopresentan como extraterrestres y a veces como jerarquías de orden espiritual o divino, entra en una especie de trance telepático o semi-telepático, eliminándose su personalidad consciente –total o parcialmente- para dar paso a otra, dando buena cuenta de ello a través de sus mensajes. “El fenómeno es interpretado por quienes lo experimentan según los patrones socio-culturales del momento en que se produce”.

Estas palabras citadas del investigador Javier Sierra, sugieren que, tanto en tiempos remotos como en la actualidad, la contactación bien puede ser mistificada y derivar en manifestaciones religiosas o semireligiosas, lo cual no contribuye precisamente a clarificar la verdadera naturaleza de estas comunicaciones que consideramos altamente interesantes.

A veces el contacto es experimentado bajo la apariencia de una visión, como en el caso de Enoch o Mahoma y el profeta o contactado es instruido en lo que respecta a una misión particular,

Por su parte el psicólogo Jon Klimo define el canal como “un individuo capaz de recibir o de transmitir información que se origina en un nivel de realidad distinto al normal, sin excluir el paranormal, exceptuando cualquier variante de comunicación con su misma conciencia o con su inconsciente, tanto como con la conciencia o el inconsciente de otro que se halle en su mismo nivel. Incluye, por lo tanto, los mensajes provenientes de cualquier fuente mental que esté fuera de la propia conciencia normal o del inconsciente”.

En ocasiones el canal, además de información, puede recibir o transportar energía. “A veces el canal permite que la sede de la conciencia sea ocupada por otro ser (fuente canalizada), que utiliza su cuerpo para expresarse; con posterioridad el canal retorna a la conciencia normal, generalmente sin recordar lo sucedido”. Se diferencia de la mediumnidad espírita en que no se trata con expersonalidades de muertos ni desencarnados y la relación se mantiene, o debe mantenerse, dentro del respeto, la inteligencia y la dignidad propias del alma humana desarrollada.

En este momento cientos, quizá miles de personas se están comunicando con inteligencias de otro nivel de realidad, mediante este procedimiento inducido, y aquí es bueno señalar que de no ser así, las razones para estudiar en profundidad este fenómeno de la contactación estarían más que justificadas... dicho de otra manera, si todas estas obras, incluyendo muchos libros considerados “sagrados”, no provienen en realidad de entidades o conciencias distintas a las de los mismos humanos, entonces nos hallamos frente a un verdadero reto para los psicólogos y los antropólogos, quienes pretenden dar cuenta del comportamiento y la cultura humanas.

“El hilo conductor del contacto” puede rastrearse fácilmente a lo largo de la historia y “en épocas pretéritas –sin duda- instrumentó los grandes movimientos religiosos que han determinado la orientación espiritual que, para bien o para mal, caracteriza al hombre de nuestros días”. La Biblia, el Libro de Urantia y cientos de otras obras han sido escritas de esta manera. Incontables grupos de contacto, unos dogmatizados, otros no, han surgido también a partir de este medio.

Sólo algunos estudiosos, de mente abierta y extraordinaria percepción, han considerado las implicaciones individuales y sociales del fenómeno contacto, pues la influencia que estas revelaciones o contactaciones han tenido y tienen sobre la conducta de la humanidad, principalmente a través de las religiones es muy grande.
Las profecías representan otro elemento inseparable de las implicaciones sociales del contacto, caracterizadas por el hecho de que, en su mayoría, simplemente no se cumplen.

Son tantas las profecías reveladas y fallidas asociables al contacto, que, o estamos completamente errados con respecto a la verdadera naturaleza de los contactadores, o eso que denominamos “el futuro” es una variable demasiado compleja e imprecisable para determinados niveles de percepción o determinados mundos.

La existencia de diferentes calendarios, por supuesto, nos aleja aún más de la posibilidad de entender el problema, pues si existiese un calendario absoluto, podríamos concentrarnos, por ejemplo, en la conducta humana como factor predeterminante de los hechos por acaecer. Otras variables podrían ser: el libre albedrío, la intervención o “la voluntad de Dios”.

De todas maneras sentimos que si los contactadores, sean quienes sean (humanidades superiores, superhumanidades privilegiadas debido a su percepción expandida, seres divinales, etc.), conocen el futuro, no deja de ser sospechoso el que se arriesguen a profetizarnos improbabilidades, para luego desprestigiarse.

Muchas de las profecías hechas por profetas como Nostradamos se han cumplido, tanto como algunas hechas por lo contactadores (no empleamos, deliberadamente, el término extraterrestre), lo cual, sumado a la capacidad excepcional, y ya demostrada, que posee el mismo ser humano de predecir el futuro (premoniciones, intuiciones, clarividencia, etc.), demuestra que la incapacidad normal de predecirlo viene a ser una restricción más, una limitación más de nuestra psiquis y de nuestra conciencia subdesarrolladas.

Ahora bien, el que algunos de estos casos puedan interpretarse como “revelación divina”, según han sido referidos por los teólogos, es otra cosa... estrictamente hablando los “teólogos” son, por definición, una especie de “expertos” en Dios, pero si consideramos que Dios es el Ser Infinito, la Realidad Suprema y la Supraconciencia de todos los universos posibles, imaginables e inimaginables, como quien dice, lo contrario de lo que los teólogos humanamente son, es difícil aceptar que estén en capacidad de definir lo indefinible o precisar lo absoluto, por lo cual preferimos dejar este problema, respetuosamente, en manos de los creyentes.

Tal vez algunos pocos privilegiados, hombres que hayan podido lograr algún estado de superconciencia, pasen silenciosamente a nuestro lado, percibiendo claramente ese futuro que, según los grandes místicos, no existe para el eterno ahora, o presente expandido de quienes han desarrollado sus facultades latentes.

Por nuestra parte estamos convencidos de que en la esencia de todo ser viviente subyace la presencia divinal de Dios, y si algún ser humano ha desarrollado vivencial o místicamente su conciencia como para recibir información directa de esa Gran Fuente interna de Luz y Verdad, pues sus obras hablarán por él. Las experiencias místicas de Juan y Enoc podrían catalogarse como inspiradas en fuentes de este orden, aunque en el caso de Enoc no puede dejarse de pensar en otra clase de contacto.

Vamos a permitirnos la cita, necesariamente larga, de un ejemplo interesantísimo de canalización, en el cual una entidad que se autopresentó como Sanat Kumara, “habitante de una dimensión no-física”, dictó, a través del canal (ver “Cambios en la Tierra” de Rhea Powers), unas ideas muy originales y sencillas sobre el origen y la evolución de las religiones.

“La conciencia transpersonal que da forma a toda la vida ha recibido muchos nombres: el más frecuente es Dios. Esta conciencia transpersonal ha sido personificada en muchos dioses por distintas culturas, cada una de las cuales imbuyó a lo transpersonal con sus propios valores, ideales y juicios morales. De este modo los dioses de una cultura reflejan el sistema de pensamiento de la cultura misma, formando la base de la religión y proporcionando una sensación de orden a la vida social y a la necesidad de supervivencia de una cultura en particular.

Esto ha sido muy útil en cuanto a la evolución de la especie humana sobre la Tierra. El orden y la forma han servido a esa evolución. La civilización ha dado a los humanos la oportunidad de incrementar la comodidad de su existencia física. De la civilización ha brotado la tecnología, que le permitió a los humanos crear un estilo de vida cómodo para ellos mismos. En la creación de esa comodidad, sin embargo, también han sometido gran parte del planeta s sus propios requerimientos y usos”.

“Sugeriríamos que el aspecto transpersonal de la conciencia, que subyace en la formación de todas las religiones y en la creación de todos los dioses, es una fuerza que no se puede poner bajo el dominio de la humanidad. Esta conciencia transpersonal da nacimiento al hombre y a toda la creación. La fuente última no puede ser dominada por su producto, está más allá de toda subyugación, especialmente fuera de la subyugación de cualquiera de sus manifestaciones”.

“Esta fuerza es de naturaleza femenina, es decir, que no está estructurada ni es lógica. No es racional en los términos de la definición que la mente humana da al proceso racional. Esta fuerza, esta conciencia transpersonal que da forma a toda la vida, simplemente es. Se puede considerar esta fuerza como el inmenso caos del que emana toda forma. Esta fuente es el espacio en el que existe toda creación: por eso sugerimos que es de naturaleza femenina”.

“Esta fuerza, que da forma a toda la vida está conectada con toda la vida y tú, como manifestación de esta fuerza, tienes una conexión personal con la Fuente. Puedes llegar, sin embargo, a la conciencia transpersonal a través de tu ser personal. Un aspecto de tu ser personal está y estuvo siempre en conexión con la Fuente de la vida, que, como hemos dicho antes, ha recibido, con frecuencia, el nombre de Dios”.

“A lo largo de la historia de la humanidad, diversas disciplinas desarrollaron técnicas para abrir la experiencia personal del ser humano individual a la Fuente transpersonal. De esta manera, millones de humanos en toda vuestra historia han experimentado su conexión personal con la Fuente de todas las formas: no hay una disciplina mejor que otra”.

“El ego humano, sin embargo, no ha hecho sino identificarse con religiones y disciplinas en particular, alineando su identidad con ellas, logrando que su propia religión fuera la correcta y negando a las otras. Esto es falso. Es válida cualquier religión, cualquier técnica o disciplina que abra la experiencia individual a la conexión con la conciencia transpersonal que constituye la Fuente de toda manifestación”...

Es muy profunda, a la par que sencilla, la sabiduría que manifiesta esta entidad y quisiéramos, de verdad, transcribir todo el capítulo donde habla de las religiones. Siempre hemos sentido que la aproximación que el ser humano ha mantenido con respecto a ese ser, infinito e ignoto, que suele llamar Dios, está equivocada. De todas maneras, como lo afirma la filosofía oriental, si lo buscas significa que ya lo encontraste, sólo que debes realizarlo totalmente.

Surgen varios interrogantes: ¿Puede existir alguna forma de canalización inconsciente, por la cual el contactado sea influido, por ejemplo,a través de ideas inducidas que el perciba como propias? Y más interesante aún, ¿Puede alguien contactar consigo mismo, es decir con su Ser Interno, alter ego o Divinidad Intima?... ¿Alteraría esto, de ser positivas las respuestas, la noción de que es el ser humano mismo el autor de su propio destino?.

A decir verdad, nos parece que la sola posibilidad de que se trate de un fenómeno auténtico, tal como ha sido enfocado, replantea, por una parte, la probabilidad de una humanidad intervenida (hipótesis de la Inteligencia de Control) y, por otra, la gran necesidad de estudiar más profundamente estas implicaciones del llamado “contactismo”.

El auténtico fenómeno de la canalización es, verdaderamente, muy interesante!.
Fuente: M.P.Bonels